Fiestón eurovisivo en La Riviera
Manel Navarro se reconcilia con los fans en un recital con otros 20 representantes
Manel Navarro por fin sintió el calor del público eurofan. Dos meses después de su polémica elección como candidato español, bajo sospechas de amaño que abrieron una profunda grieta en el mundo eurovisivo, el artista catalán recibió por primera vez el apoyo de los seguidores españoles durante la primera gran fiesta de Eurovisión que se celebró bien entrada la noche del sábado en la sala La Riviera de Madrid. El intérprete de 21 años, que defenderá a España en Kiev con la canción «Do it for your lover», recibió aplausos y mensajes de apoyo en varias de sus intervenciones durante un concierto en el que también estuvieron 20 de sus rivales por el triunfo en la gran cita del próximo 13 de mayo.
Noticias relacionadas
La atmósfera estaba impregnada de cierta hostilidad, similar a la que el joven artista vivió en la gala de febrero donde resultó ganador: allí, un público amotinado le profirió insultos y descalificaciones a los que él contestó con un sonado corte de mangas. Una dura campaña contra él, alimentada por las acusaciones de fraude, ha llevado posteriormente al español a situarse en la cola de los aspirantes al triunfo en Eurovisión según las casas de apuestas. Pero durante el concierto, todas estas últimas semanas de caos y distanciamiento quedaron, al menos en apariencia, enterradas. Las exrepresentantes Ruth Lorenzo y Barei tuvieron que mediar para ello, pidiendo expresamente el apoyo del público al candidato español. «Vosotros me enseñasteis a amar Eurovisión gracias a vuestro cariño. Y sé que este año haréis lo mismo», señaló Ruth Lorenzo en su papel de maestra de ceremonias.
Música para «unir»
«Todos los candidatos van con la misma ilusión y todo el mundo debe tener una oportunidad. Yo la tuve y Manel se merece vuestro apoyo. La música está para unirnos, no para odiarnos», sentenció Barei, antes de cederle simbólicamente el testigo al artista catalán. Y, en ese momento, todas las diferencias y los abucheos quedaron al margen. Las casi 1.800 personas que acudieron al primer gran evento eurovisivo que se celebra en España desde que el famoso concurso recaló en Madrid en 1969, cantaron junto a Manel Navarro en un fin de fiesta amable y optimista.
La música ganó así su particular batalla en un concierto donde los eurofans españoles vivieron con pasión este fiestón eurovisivo. Un público joven, desconectado de la época dorada de España en Eurovisión, supo agradecer este pedacito de festival en Madrid y recibió con expectación la mayoría de las propuestas. Sus ovaciones emocionaron a algunos de los participantes, como a las representantes de Albania y República Checa. Según el termómetro de los aplausos, dos países se postulan para el triunfo: el sueco Robin Bengtsson y la belga Blanche.