Alberto Varela - Crónicas atlánticas
El hacha de guerra
Estas tensiones mal disimuladas están en parte detrás del pinchazo de la izquierda radical
Cosas de la política autonómica, el alcalde de Ferrol, Jorge Suárez, pedía esta semana a sus compañeros de En Marea que «entierren el hacha de guerra» para frenar la pérdida de votos que han empezado a sufrir en las elecciones del pasado domingo. Esas tensiones mal disimuladas están en parte detrás del pinchazo de la izquierda rupturista, pero hay más factores. En primer lugar —mala— gestión en los gobiernos municipales. Quien no puede lo poco tampoco va poder lo mucho, y de eso saben de sobra tanto Suárez como los ferrolanos que lo sufren desde hace ya más de un año. Como cuñado revolucionario no tiene precio, pero como gestor... vaya por Dios. Además, un caso aislado en la ciudad departamental podría colar, pero sus compañeros y amigos de la Coruña y Santiago son exactamente igual. Se quedan en la proclama y en la camisa por fuera del pantalón y cualquier becario de Derecho llevaría mejor la administración local que su equipo.
Tampoco les ha ayudado en absoluto el Brexit, porque el Reino Unido está muy cerca y lo que acaban de hacer los británicos nos ha enseñado una lección fundamental difícil de olvidar. Los experimentos mejor hacerlos con gaseosa, no con el voto, porque el populismo lleva a la ruina. Hoy ellos están fuera de la Unión Europea, mañana podemos estar nosotros haciendo cola en los bancos para sacar dinero, o pidiendo perdón a Bruselas por nuestra mala cabeza la hora de votar.
Por todo esto han empezado a bajar las mareas y de nada les va a valer que oculten sus diferencias hasta después de las autonómicas, porque ya los conocemos y su espacio político es el que es. Nos habremos vuelto locos si decidimos entregarle las llaves de San Caetano a una coalición de activistas resentidos y partidos de extrema izquierda.
Iluso alcalde Suárez, sus compañeros no van a dejar las armas. Si algunos han sido capaces de traicionar a quien los ha salvado del ostracismo político cómo van a estar dispuestos a renunciar a ser candidatos. La guerra aún acaba de empezar.