Felicidad a lomos de la economía gallega
La mejora de los datos económicos en Galicia afectan al estado de ánimo de la sociedad
Los peores años de la crisis han pasado y lo avalan los datos macroeconómicos de Galicia de los últimos ejercicios. Tras alcanzar una tasa de paro cercana al 22% en 2013 o ver hundirse la economía gallega casi un 3% en 2012, las últimas cifras muestran un repunte importante y una evolución positiva de la situación económica en la Comunidad. La mejora o el empeoramiento de las cifras van acompañadas, sin embargo, de algo que en ocasiones resulta aún de mayor importancia que los propios números y las estadísticas: el ánimo, la percepción, la confianza, el miedo. El estado de ánimo de la sociedad y los trabajadores, y el ambiente que se respira en las empresas gallegas, ha evolucionado con las cifras y ha permitido que los nuevos datos estén, además, acompañados de un optimismo generalizado.
«La emoción colectiva no es la suma de las emociones de cada persona, es más intensa y genera un gran impacto en el comportamiento social. La incertidumbre es especialmente peligrosa en los empleados, porque secuestra la productividad. Las personas nos entregamos al miedo —especialmente cuando lo que está en juego es nuestro empleo— y perdemos eficacia», explica la consultora experta en estrategia y recursos humanos, Belén Varela. «Cuando el colectivo se siente optimista, el consumidor compra, el empresario invierte y el empleado se involucra y obtiene mejores resultados», añade.
Durante los años más oscuros de la fuerte crisis económica que se ha vivido en España, y en Galicia, el pesimismo social y empresarial, asoló de manera extrema todos los segmentos y sectores productivos de la economía y de la sociedad. Además, sea mejor o peor la situación concreta de un individuo o empresa, el ánimo social se contagia de tal forma que incluso aquellos sectores menos afectados paralizaron en gran medida sus inversiones por el miedo y el pesimismo existente. «La influencia de la economía en el ánimo de la población es una realidad que genera un ambiente pesimista y temeroso cuando los datos son negativos», cuenta Silvia Alonso Prado, psicóloga de la Clínica El Pinar.
Reflejo del pasado
Esta experta en psicología asegura que esta influencia tiene dos vertientes. Por un lado, la influencia de lo social en lo individual, cuyo ejemplo supremo sería la histeria colectiva. Y por otro, la influencia de lo individual en lo social, que en psicología se denomina el «locus de control». El locus de control externo consiste en que la persona pone su manera de vivir y de sentir en factores externos, entonces su ánimo siempre estará condenado a lo que pasa fuera de sí. «Posiblemente porque venimos de generaciones que pasaron bastantes penurias económicas, generaciones posteriores, huyendo de ello, han puesto en la economía parte de su seña de identidad y de su buen vivir», apunta Alonso.
Empresarios, consultores o empresas de selección de personal, que tienen un trato diario con numerosos sectores y diversos tipos de compañías, lo confirman. Los expertos coinciden en que durante 2009 y unos años después, la crisis, el miedo, el paro o los despidos eran temas recurrentes. El ambiente era de mucha negatividad y solo se hablaba de lo mal que estaba la situación en el país, de la crisis. «Lo peor de ese contagio emocional es que no solo afecta a la falta de inversiones, también afecta a la solución de problemas. Cuando una organización se rinde a unas circunstancias adversas, abandona la búsqueda de soluciones, se deja llevar. Esto es lo que desafortunadamente hemos visto en muchos casos», apunta Belén Varela.
Pero la situación ha cambiado, la confianza ha vuelto y la felicidad repunta con la economía. «Como se refleja en nuestro informe de perspectivas para Galicia en 2017, los directivos y empresarios gallegos no solo ven mejor la economía que hace un año, sino que la visión a doce meses también es sensiblemente más positiva», señala Daniel Fraga, socio responsable de KPMG en Galicia.
Por su parte, la empresa de recursos humanos Ranstad llevó a cabo recientemente un estudio que refleja el optimismo de los trabajadores sobre el mantenimiento de sus empleos, y que arrojaron resultados impensables hace unos años. «El aumento de la confianza en conservar el actual puesto de trabajo refleja que la economía y el empleo se están recuperando. Los profesionales son conscientes de dicha recuperación y esto hace que se sientan más optimistas con su futuro laboral», asegura Luis Pérez, director de Relaciones Institucionales de Randstad.
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