Xulio Ferreiro - Opinión
Una Coruña próxima
La ciudadanía de La Coruña sabe que en estos dos años se resolvieron demandas históricas
La Coruña está viviendo un momento histórico. Una vez cumplidos dos años desde que una fuerza con apenas once meses de existencia como la Marea Atlántica firmase el hito histórico de acceder a la alcaldía, el cambio sigue vivo y activado en una ciudad que ya no es noticia en toda España por casos de corrupción como la «Pokemon», sino que está siendo señalada como un modelo estatal en nuevas formas de gobierno, referente en políticas culturales, igualitarias o de participación ciudadana. La ciudadanía de La Coruña sabe que en estos dos años se resolvieron demandas históricas y se pusieron por delante como nunca antes políticas a favor de la gente del común y no de intereses particulares. La compra de viviendas vacías, la renta social municipal o el adiós al callejero franquista, el plan contra los asentamientos precarios, la eliminación de la práctica totalidad de los puntos de vertidos a la ría, las obras en los barrios más olvidados y una apuesta por la proximidad, la dinamización de los mercados municipales...
Decenas de hechos prueban que estamos ante una nueva época. Que también favorece la actividad económica. Hay hoy en día menos paro registrado en la ciudad que cuando llegamos (pero sigue siendo mucho), el turismo bate registros: Alvedro es el aeropuerto que más crece de Galicia. Únicamente desde las pasiones tristes se puede negar esta realidad e intentar pintar un cuadro absurdo que habla de una ciudad caótica que la gente no encuentra en ningún lado cuando sale a la calle.
En positivo quedan muchos retos que afrontar. Y el gobierno de la Marea Atlántica los asume, con toda la ilusión y honestidad expresada estos dos años. Esperamos poder contar para este fin con la ayuda de la Xunta y del Gobierno central, que por desgracia no dejan de poner palos en las ruedas, y que desde que nosotros llegamos al Gobierno abandonaron o bloquearon proyectos centrales para La Coruña, como es el caso de Alfonso Molina, el saneamiento de la ría do Burgo, la intermodal, la movilidad, la ley del Área Metropolitana...
Y tenemos por delante el debate de la fachada marítima. El PP, por medio de la conselleira Beatriz Mato, votó a favor de la privatización de la Solana que desde el Concello conseguimos frenar. También pudimos reabrir el debate sobre los terrenos portuarios desafectados que debemos recuperar para la ciudad, dejando atrás planes de épocas pasadas y fallidas (pisos y macrocentros comerciales) para apostar por usos públicos, que generen actividad económica o equipamientos y zonas verdes para todos y todas. Para La Coruña.
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