Torrevieja o el caos multipartito

En un momento de máxima atención a los posibles pactos políticos en clave nacional , el municipio alicantino de Torrevieja puede estudiarse como modelo de los resultados de una alianza a múltiples bandas, en este caso, nada menos que un pentapartito contra la lista más votada –la del PP– y que con José Manuel Dolón (Los Verdes) al frente como alcalde muchos ven como ejemplo de caos y gestión inestable.

Uno de los episodios que sustentan esta apreciación lo protagonizó este equipo de gobierno local al dejar que se perdieran 81.000 euros de una ayuda para formación de desempleados , por no contar con personal para impartir unos cursos. Además, los responsables municipales lo achacaron a una orden no tramitada desde la Generalitat, también gobernada por el acuerdo de un tripartito.

Otra oportunidad desperdiciada por el pentapartito torrevejense ha sido la de albergar una sede universitaria, que contaba incluso con dotación presupuestaria del anterior equipo de gobierno del PP, partido que ahora en la oposición lamentó que se frustara este proyecto ligado al Auditorio Internacional de Torrevieja, donde se iban a ofertar estudios superiores relacionados con el deporte, la salud, el turismo y la cultura. Los fondos ni siquiera se aprovecharon en otros fines.

En el gremio del comercio también han dejado mal sabor de boca algunas gestiones de su actual gobierno local, como la ultima edición del evento Survival Zombie , para el que les prometieron una afluencia de público de más de 2.000 personas que luego fueron apenas medio centenar. La oposición popular denunció además que costó 18.000 euros –un 400% su valor real– y que en otros municipios salió gratis, como en El Campello.

La Gala del Deporte o el Gran Desfile del Verano se cuentan como eventos fallidos que dejaron de celebrarse, y la polémica más reciente, de hace unos días, surge por dos contratos para sendos talleres de empleo con diferencias de precio de hasta el 300% en algunos materiales, que el concejal del área ha justificado porque unas horas se hacen en el aula y otras en la calle, y la calidad de las mascarillas y otros elementos no es la misma.