A favor de obra

El presidente Puig le ha sacado brillo a la semana. Lunes reunión con el ministro Montoro, en funciones pero ministro al fin, el mismo por cierto, que ninguneó de manera pública a Fabra cada vez que le pidió cita , y que aunque sea de cara a la galería siempre ha respondido a la llamada del actual inquilino del Palau de la Generalitat. Martes, desayuno ante los medios en Madrid, con el ex ministro Zapatero como maestro de ceremonias, y por la tarde, entrada de lujo para presenciar el si del Congreso a la reforma del Estatuto Valenciano.

Mientras tanto, no hay aspirante de izquierdas a formar gobierno en Madrid que no repita hasta la saciedad eso de “gobierno a la valenciana”, para referirse a lo que debería ser el futuro ejecutivo nacional. Nadie conoce sus logros , pero de Comunidad hacia fuera, todos miran a Puig y Oltra como referentes de un Consell que no da que hablar y no se mete en líos, aunque ahí sus antecesores les han dejado el trabajo hecho para este mandato, y no se si para el próximo.

Sin embargo el primer año de legislatura está próximo a vencer, se debe renovar el pacto del botánico, dicen sus protagonistas, que por la rapidez en alcanzar los primeros objetivos marcados. Y yo me pregunto, ¿De verdad todo va tan deprisa, tan bien? ¿Se han hecho tantas cosas en favor de la ciudadanía? ¿Qué es de verdad, el gobierno a la valenciana?

Mientras intentamos responder estas preguntas, la cosa sigue igual, el paro desciende por la inercia de la mejora economía, la financiación no se ha arreglado, y grandes “genialidades” del tripartito no se conocen, acción de gobierno hay poca. Escaso bagaje para sacar pecho pero suficiente después de ver como dejaron el piso los anteriores inquilinos, los mismos que siguen decidiendo entre Madrid y Valencia que hacer con los concejales investigados en Imelsa, y que ya sea Génova o Quart o se sacan un conejo de la chistera para que entreguen el acta y se vayan a casa, o se lo van a llevar todo por delante.