Los Clos buscan joyas arquitectónicas para proseguir su expansión hotelera en Europa
La cadena Derby, propiedad del coleccionista y filántropo Jordi Clos, consigue su quinta estrella en su emblemático Hotel Banke de París
Hace casi siete años Jordi Clos y sus hijos aterrizaron en París. En 2008 compraron un antiguo banco suizo reconvertido en oficinas y posteriormente en un hotel, a una calle de la Ópera de la capital francesa. Hoy en día, el hotel Banke , acaba de conseguir su quinta estrella y apuesta por la gastronomía para volverse un sitio de referencia parisino. El Hotel Ceasar que poseen en Londres, se encuentra a un costado del Hyde Park. No conformes, los Clos apuntan alto: Ámsterdam, Múnich, Estocolmo y Copenhague, serán sus siguientes destinos.
En 1992, Jordi Clos, de 65 años y oriundo del Raval barcelonés, abrió la primera terraza de un hotel en Barcelona , la del Claris. Actualmente, existen 66 terrazas de hotel en la ciudad . Al empresario hotelero, presidente del Gremio de Hoteles de Barcelona le gusta llevar las riendas, aunque no por ello se ha negado a pasar la estafeta de la empresa a sus dos hijos mellizos.
Jordi y Joaquim Clos se preparan para seguir con el linaje. Joaquim, con preparación en administración y una carrera en diversas cadenas hoteleras, tomó la dirección empresarial de Derby Hoteles desde hace seis años. Su hermano Jordi, con estudios en Diseño Industrial, es el encargado de imprimir esa mezcla de modernidad, sobriedad y diseño clásico en sus propiedades.
Traslado a Madrid
A finales del año pasado , la empresa trasladó su sede social a Madrid, para favorecer el traslado de padre a hijos, gracias a los beneficios fiscales de la capital. Desde ahí, los Clos apuntan a Europa, más que a España, para su ampliación. “Joaquim es la parte económica, formal, seria de la familia”, explica el señor Clos. “Mi otro hijo y yo nos dedicamos al gasto”, agrega. Su hijo Jordi, también coleccionista de arte , como su padre, incorpora en su diseño muebles antiguos traídos de diversas partes del mundo, en cada uno de los hoteles de la firma.
El hotel de París tiene 94 habitaciones y unas escaleras “de servicio” diseñadas por Auguste Eiffel que la familia descubrió debajo de una moqueta. “Lo hemos ido renovando poco a poco”, explica. También en el edificio encontraron centenares de cajas fuertes del antiguo banco, que quedaron abandonadas y cerradas después de la Segunda Guerra Mundial.
“Poco a poco las hemos ido abriendo, hemos ido encontrando cartas y objetos personales, de poco valor económico pero mucho valor sentimental que colocaremos en un museo en el hotel en cuanto hayamos abierto todas”, explica Jordi Clos padre. Con esa paciencia con la que buscan tesoros alrededor del mundo, buscan también edificios emblemáticos que restaurar en Ámsterdam, Copenhague, Múnich y Estocolmo, para seguir expandiendo su legado.
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