El Liceu inaugura la temporada con un Verdi claroscuro

La ópera «Un ballo in maschera» vuelve al Gran Teatre desde el 7 al 29 de octubre

Una imagen del montaje del francés Vincent Boussard PATRICE NIN

P. MELÉNDEZ-HADDAD

Con un auténtico «thriller» en el que se mezclan política, amor, traición y venganza, el Gran Teatre del Liceu inaugura oficialmente el sábado 7 de octubre su temporada lírica. Se trata de la ópera de Giuseppe Verdi «Un ballo in maschera», ausente del coliseo catalán desde que en diciembre de 2000 Calixto Bieito debutara en ese escenario como director operístico con un controvertido montaje. Esta vez será el francés Vincent Boussard quien se ponga al mando de la dirección de escena, con el modisto Christian Lacroix firmando el diseño de vestuario.

La dirección musical es de Renato Palumbo y los dos repartos que asumirán las 14 funciones programas hasta el 29 de octubre están encabezados por los tenores Piotr Beczala y Fabio Sartori (Riccardo); los barítonos Carlos Álvarez, Giovanni Meoni y Marco Caria (Renato); las sopranos Keri Alkema y María José Siri (Amelia); las mezzosopranos Dolora Zajick y Patricia Bardon (Ulrica); y las sopranos Elena Sancho Pereg y Katerina Tretyakova (Oscar).

Este nuevo «Ballo» liceísta traslada la acción a una época indeterminada y la apuesta de Boussard es por un ambiente muy sobrio, oscuro y opresivo. Lacroix, por su parte, plantea un vestuario severo que cambia en el baile de máscaras del último acto, donde también habrá un gran golpe de efecto teatral con la escenografía.

El barítono malagueño Carlos Álvarez vuelve al Liceu ahora como Renato, un personaje que muestra a un hombre «mancillado en la lealtad, el amor y el orden», un marido que es traicionado por su superior y mejor amigo, Riccardo, defendido en el primer reparto por Piotr Beczala. El tenor polaco, que ha interpretado el personaje en los principales escenarios del mundo y que regresa al Gran Teatre después de su triunfal «Werther» el curso pasado, considera que este rol verdiano por momentos «exige una línea vocal casi ligera» mezclándose con otros «muy dramáticos». En este aspecto que va «in crescendo» durante el transcurso de la obra radica la principal complejidad de su interpretación.

Álvarez y Beczala son dos de los vértices de un triángulo que cierre Amelia, la soprano. El cantante español subraya que Renato -papel que debutó en el Metropolitan de Nueva York- es «vengativo, de una vehemencia llena de supuesta dignidad, detalles que hacen que su canto sea pasional pero racional a la vez, ejemplos de la escritura verdiana para los barítonos».

Con motivo de este «Ballo», el Liceu y el Museu Europeu d’Art Modern han organizado la exposición «¿Quién se esconde detrás de la máscara?», una muestra de pintura contemporánea que une a las caretas vigentes en la sociedad actual con aspectos clave de la trama de la ópera verdiana como la pasión, el adulterio y la traición.

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