Oti Rodríguez Marchante - Barcelona al día
Puigdemont quiere irse a lo John Wayne
«Hemos de irnos lo más pronto posible», dicho así, con la solemnidad que la ocasión requería, suena a momento western eterno
Tras un minucioso análisis de la situación, el presidente de la Generalidad, Carles Puigdemont, ha dado con la frase que necesitaban oír los catalanes: «Hemos de irnos lo más pronto posible»…, y no se refería al hecho de que a su partido, CDC, lo haya superado en Barcelona hasta un partido residual como el PP… No es ese el motivo para que Puigdemont quiera irse lo más pronto posible. No. El presidente de los catalanes quiere irse porque ve «política» en el juicio a Artur Mas por su implicación reconocida con orgullo casi chulesco en la consulta ilegal del 9-N, y porque ve «cloacas» en el juicio político al ex jefe de la Oficina Antifraude, Daniel de Alfonso. Es decir, que no tiene que haber política en el cloaqueo de Artur Mas para sacar como sea a Cataluña de España y sí tiene que haber política para sacar a De Alfonso de su sillón en las cloacas… Fuera ya el señor De Alfonso, toma el sillón de la Oficina Antifraude Maite Masià, tan convergente y demócrata como es preciso para ocupar ese lugar cuya utilidad ya se va viendo, y a partir de ahora se verá mucho más.
«Hemos de irnos lo más pronto posible», dicho así, con la solemnidad que la ocasión requería, suena a momento western eterno: John Wayne ha llegado a los restos aún humeantes de la caravana, y aquello huele a inminente ataque cherokee, con lo que hay que volver al Fuerte pitando. Vamos a suponer que Puigdemont es John Wayne, y que ha visto en esa chapuza inocua del ministro de la T.I.A. el ataque de una partida de cherokees escapados de la reserva, ¿a dónde ha de irse y llevarnos lo más pronto posible?, ¿dónde está su Fuerte? Y ¿quién es su tropa?... Me callo, pero da la impresión de que uno está un poco más seguro (no mucho, la verdad) frente al por poco tiempo ministro chapucero y digno de los miles de chistes que se han hecho de él y de su despacho de Interior (interior, con ventanas a la calle), que frente a ese viaje a Dios sabe dónde en el que quiere embarcar Puigdemont a Dios sabe quién. Bien está fuera el señor De Alfonso, bien lo estaría el ministro de Interior con ventanas a la calle, y bien estará que Artur Mas responda como cualquier otro ante la Ley si la ha infringido. Y Puigdemont y quien quiera acompañarle pueden irse donde la Constitución y el libre albedrío les permitan.