Esther Niubó - Tribuna abierta
Nuevo gobierno, misma incertidumbre
Ante la inviabilidad de la hoja de ruta independentista, a algunos sólo les queda ganar tiempo y proseguir en la política de gesticulación
Hace menos de una semana de la andadura del nuevo gobierno catalán, y no podemos decir que estemos frente a un gobierno que refleje estabilidad. Un gobierno precocinado por el sr. Artur Mas, con condición de interino pero que se debate púbicamente sobre su duración determinada, y que desde el primer día duda sobre si le será posible mantener la dificilísima combinatoria que le permitió una mayoría parlamentaria para la investidura para la ley más importante de un parlamento y de un gobierno, que son los Presupuestos, o si nuevamente deberá prorrogarlos, con todo lo que supone. Ni una semana ha durado la garantía de la supuesta estabilidad parlamentaria que debía respaldar al nuevo ejecutivo.
Y es que parece que ante la inviabilidad de la hoja de ruta independentista, a algunos sólo les queda ganar tiempo y proseguir en la política de gesticulación ante su incapacidad de desplegar su plan o de reconocer la necesidad de rectificación. Pero cada vez menos catalanes y catalanas están dispuestos a creer que esta política lleve a ninguna parte. Al contrario, para atender las demandas sociales es fundamental mostrar la máxima voluntad y capacidad de diálogo y de pacto dentro y fuera de Cataluña: para lograr un mejor modelo de financiación sin el cual el anunciado “plan de choque social” no tienen credibilidad alguna, para superar el empate de impotencias que caracteriza las relaciones institucionales entre el gobierno catalán y español, y lógicamente para abrir un nuevo marco constituyente a nivel español que afronte las reformas necesarias pendientes en España. Sin duda, el Partido Socialista es quien tiene la llave para iniciar este nuevo tiempo en Cataluña y en España, que no vendrá sino de la mano de un gobierno español de progreso y de cambio decidido a revertir las políticas antisociales desplegadas en el último mandato de Rajoy, y a trabajar por un nuevo acuerdo entre Cataluña y España que pueda ser sometido al voto de la ciudadanía.