La doble moral de Colau

En el Pleno municipal del pasado 27 de noviembre, se constató que la alcaldesa Ada Colau y su equipo de gobierno de BComú, marca blanca de Podemos en Barcelona, apoyan la independencia de Cataluña. El Partido Popular presentó una propuesta a votación, para expresar el rechazo a la resolución del Parlament de Cataluña sobre el inicio del proceso de creación del llamado Estado catalán independiente. Colau y sus diez concejales votaron en contra de la propuesta, sumándose al bloque de partidos independentistas CDC, ERC y CUP, hecho que provocó que la propuesta del PP quedase rechazada. Ada Colau y Pablo Iglesias se convertían una vez más en los sorprendentes aliados del independentismo.

Sin duda alguna, Barcelona como capital de Catalunya debía pronunciarse y no permanecer ajena al desafío independentista de Artur Mas, ya que Barcelona es antídoto del independentismo, además de referente de pluralidad, libertad, convivencia, y respeto a la ley. Pero Colau, que podía haber decidido la balanza para ganar la votación de rechazo a la independencia, votó en contra, apoyando la apuesta independentista de Mas en el Parlament.

Además, Colau que es candidata en las Elecciones Generales, al cerrar la lista electoral de Podemos en Barcelona, que se presenta bajo el nombre de ‘En Comú Podem’, obligó a Pablo Iglesias a incluir en el programa electoral de Podemos, la celebración de un referéndum sobre la independencia de Cataluña. A lo largo de estos últimos días, Colau está intensificando su presencia pública, precisamente no actuando como alcaldesa sino como candidata ‘podemita’. Las pocas veces que actúa como alcaldesa lo hace para frenar la actividad económica y la creación de empleo en Barcelona, o bien para consentir a los que no respetan las normas como manteros, ocupas o incívicos.

La doble moral de Colau la ha llevado hasta el extremo de afirmar que en el 9N voto por el ‘sí-sí’ en la consulta independentista, pero a su vez señalar que en cambio ella no es nacionalista, ni tampoco independentista, contradicciones extrañas. Incluso ha llegado hacer de portavoz del independentismo en Barcelona, leyendo un manifiesto en la Plaza Sant Jaume a favor de Artur Mas y en contra de su imputación, una responsabilidad insospechada y sorprendente hasta para el propio presidente Mas.

Es paradójico que mientras defiende la consulta independentista, ella misma ni convoca una consulta para decidir si Barcelona quiere optar a acoger los Juegos Olímpicos de Invierno de 2026, ni respeta la única consulta que se ha hecho a los barceloneses, en este caso sobre la Diagonal, queriendo imponer un trazado del tranvía en contra de lo que votaron en esa consulta el 80% de barceloneses.

Alberto Fernández es presidente del grupo municipal del PP en Barcelona