Cultura de empresa

Muchos jóvenes brillantes prefieren conducir un utilitario y gozar de tiempo para sus aficiones que tener un vehículo de alta gama en el parking de la oficina donde trabajan 12 horas para ser profesionales de éxito. La cultura de empresa, la forma que tiene de cuidar su activo más importante, el empleado, empieza a pesar entre las nuevas generaciones más que el dinero o la carrera profesional. Por eso muchas compañías repiensan formas de reconocimiento más allá del salario y el ascenso jerárquico, en la línea de otorgar más libertad y espacio vital para que los empleados prueben cosas y crezcan personalmente.

Las imágenes de oficinas con sofás, billares y elementos que transmiten libertad y diversión a los empleados suelen ser recurrentes cuando los jóvenes piensan en una empresa “Top Employer”. Seat, que no es Google, ni tampoco su factoría de Martorell está en Silicon Valley; destaca en nuestro país por haber obtenido la certificación “Top Employer”, lo que le sitúa en una inmejorable posición para atraer talento. Este reconocimiento y el tradicional Stimmungsbarometer (encuesta de clima laboral) que aspira a mejorar la satisfacción de los empleados desde que la compañía pertenece al grupo Volkswagen, son dos caras de una misma moneda: ser la más atractiva del sector hacia fuera y también internamente.

El último reconocimiento que Seat ha recibido es el certificado Aenor como primera empresa saludable de la automoción en España. El galardón se entregó el viernes, en el transcurso de la colocación de la primera piedra de un nuevo centro de atención y rehabilitación sanitaria (Cars) que la compañía inaugurará a finales de este año en el corazón de la factoría de Martorell tras invertir 3 millones de euros. Las futuras salas de rehabilitación y fitness se inspiran en los sistemas de entrenamiento de los marines estadounidenses de la división de submarinos. Una tipología de entrenamiento basado en la utilización del peso del propio cuerpo para fortalecer la musculatura y mejorar la condición física. No en vano, por más estudios ergonómicos que se realicen, la mayoría de sus 14.000 empleados desempeñan un trabajo muy duro en la línea de montaje.

Las relaciones laborales en Seat han marcado históricamente la negociación colectiva catalana. Suyo es el concepto de “flexiseguridad”. Que la primera empresa de Cataluña apueste de manera tan decidida por los empleados como su principal activo, señala de nuevo el camino en el sector industrial. La vinculación emocional, el orgullo de pertenencia a una organización, su cultura, hace que gente ordinaria haga cosas extraordinarias.