Rubén Alonso indaga en el proceso creativo de 11 artistas en su film más «optismista»

Sumergirse en los procesos creativos de los artistas que más admira. Éste fue uno de los principales objetivos que llevó al director y guionista Rubén Alonso, al frente de películas como «Íntimos y extraños» (Premio del Público de la Seminci en 2008) y «La vida en una pecera», a rodar su film «más optimista», «Música y Silencio» , que se ha estrenado este viernes 1 de septiembre en los cines de Madrid y Barcelona.

Pero además de indagar en el que seguro es uno de los momentos más íntimos de los creadores, apunta el cineasta que en esta película le interesaba también otras dos cuestiones: primero, «dar una vuelta al lenguaje narrativo» y ver cómo en un medio como el cine, «esencialmente visual», podía dar a la sonoridad «una importancia fundamental»; y segundo, «perder miedo a mezclar los géneros», ya que en definitiva todos los procesos de creación son semejantes, «se crea en silencio o con música».

En «Música y Silencio», Rubén Alonso retrata a once artistas : la actriz Alexandra Jiménez; el Premio Nacional de Danza Daniel Abreu; el cantautor Luis Eduardo Aute; el cuarteto Casals; el fotógrafo Matías Uris; la modelo Coco Kate; el galerista Heinrich Ehrhardt, el más influyente de Europa según la revista Harper’s Bazaar; el novelista, ensayista y poeta Benjamín Prado; el ilustrador Sergio Mora; los músicos de White Bats y el pintor Juan Álvarez.

Señala el cineasta que no le costó mucho convencerles para que se pusieran delante de la cámara, ya que lo vieron como «una prolongación de su actividad creativa» con el aliciente de que hasta la fecha nunca se habían dejado invadir ese momento de intimidad. Pero insiste Alonso: «Mi propósito era ser completamente honesto en esa invasión de la privacidad; de hecho, se trataba de rodar en espacios prolongados de tiempo de tal manera que la cámara pasase inadvertida y que eso me permitiese en un momento concreto capturar ese fragmento que más simbolizase su proceso interior de crear: ese momento en el que surgen las palabras o se vertebran los primeros sonidos de un ensayo musical». Pese a esa cuidada selección de los artistas no puede decirse que «Música y Silencio» sea el proyecto más personal del cineasta vallisoletano porque destaca que así lo son todas sus películas, y ya van cuatro. Lo que sí ha cambiado en sus dos últimos trabajos -ya lo hizo en su anterior film, un documental protagonizado por el exbanquero Mario Conde- es que en ellos ha tratado de «retratar la vida tal y como sucede, sin especificaciones». «Me interesa mucho poner la cámara muy cerca de personajes que para bien o para mal marquen el tiempo en el que vivimos», añade.

Año y medio tardó en filmar a todos sus protagonistas. Lo hizo en sus respectivas casas, estudios... «No cabía otro condicionante más lógico y apropiado». El por qué este proyecto se ha extendido tanto en el tiempo se debió a la dificultad de cuadrar agendas pero Rubén Alonso sacó de este inconveniente su ventaja: «La fortuna que tienen estos procesos que se prolongan en el tiempo es que te permiten ir editando y tener una idea más global de la película». Respecto al montaje apunta como particularidad que «todo transcurre en una unidad temporal continua» de tal manera que «si Benjamín Prado estaba bloqueado en un momento, el espectador lo verá».

«Música y Silencio» ha contado con la financiación de la Junta de Castilla y León , la Generalitat de Cataluña y la Comunidad de Madrid. Tras estrenarse el próximo viernes en Madrid y Barcelona, el 7 de septiembre lo hará en una proyección especial en el Espacio de las Artes de Tenerife; el 29 de septiembre en Valladolid y en noviembre llegará a París, donde se proyectará en la galería de arte Arts Factory. «Va a tener un recorrido bastante largo», apunta satisfecho Rubén Alonso, que ya está inmerso en su siguiente proyecto.