Ignacio Miranda - Por mi vereda
Montes sin aclareo
«En pleno octubre, asistimos impotentes a una oleada de fuegos en el noroeste de la Península Ibérica de tintes apocalípticos»
Algo grave ocurre cuando, en pleno octubre, asistimos impotentes a una oleada de fuegos en el noroeste de la Península Ibérica de tintes apocalípticos. Incendios que arrasan miles de hectáreas y se cobran víctimas mortales, casi siempre originados por la mano del hombre. Negligente o criminal. Imprudente o alevosa. El Bierzo , en abril, abrió la temporada con un pavoroso siniestro cerca de Ponferrada , y la ha cerrado esta semana. Y frescos, aún en la memoria, los de Las Arribes, La Cabrera -cuyas cenizas llegaron hasta el sanabrés río Trefacio- y Fermoselle, con las llamas amenazando su casco urbano.
Los ingenieros de montes y forestales dan la voz alarma ante lo que consideran ya un problema de seguridad nacional . No solo de protección civil. Los megaincendios actuales resultan muy difíciles de controlar y tienen mayor duración que los de hace cuatro décadas, de ahí su fuerza destructiva . Hay dos motivos fundamentales: el cambio climático y ciertas variaciones del uso del suelo muy ligadas a la despoblación del medio rural .
Así, a la extrema sequía de 2017 se suman elevadas temperaturas hasta hace unos días, impropias de estas fechas, junto una baja humedad y la presencia de viento. Además, el abandono de nuestros pueblos permite que el monte gane terreno. Dos tercios de los bosques españoles están en manos de particulares, con escaso mantenimiento. En otras fincas en desuso crece una masa vegetal invasiva y continua de matorrales por ausencia de desbroce y aclareo . Inmensas teas que multiplican el riesgo en verano. También desaparece la ganadería extensiva que podría aprovechar a diente esas zonas. La prioridad debe ser la prevención activa dentro de una economía verde, a partir de una gestión sostenible de los recursos, que valora y respeta el monte. La Tierra de Pinares que comparten Soria y Burgos representa el ejemplo a seguir. Pues pongámonos a la tarea.