Ocio
Cinco librerías castellano y leonesas en las que merece la pena perderse
Presentaciones, talleres, conferencias... los establecimientos castellano y leoneses buscan convertirse en verdaderos agentes culturales. La Junta acaba de distinguir a más de una veintena con un sello de calidad
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Luz y vida, en Burgos
Álvaro Manso es la tercera generación de libreros que está al frente de «Luz y Vida», un céntrico establecimiento con 67 años de historia que tiene en sus estanterías más de 15.000 libros. Partícipe activo en la vida cultural de la ciudad, una de sus últimas iniciativas de mayor éxito ha sido impulsar el acercamiento de la Feria del Libro burgalesa a los más pequeños. Para ello, la Asociación Provincial de Libreros, de la que es presiente el propio Manso, decidió cerrar las casetas por la mañana y abrir sus establecimientos a los escolares, permitiendo a los escolares descubrir estos espacios y jugar a ser libreros por un día.
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Oletum, 30 años de pasión librera
Carlos y Estrella llevan al frente de la librería Oletum en Valladolid más de tres décadas. Apasionados de la lectura, recuerdan que el detonante fue una visita a Barcelona y el descubrimiento de un local similar a lo que ahora podría ser un «Fnac». Así comenzaron como un tienda de ocio en el número 12 de la vallisoletana calle Teresa Gil. Con el tiempo acabaron quedándose sólo con libros y prescindiendo de todo lo demás. Hace un par de años tuvieron que abandonar el local de toda su vida. La crisis les había hecho mella, y les obligaba a trasladarse a un local más pequeño muy próximo al emplazamiento original, en la Plaza del Salvador, donde antes se encontraba Oletum Junior, que a su ves se desplazaba a otro local en Teresa Gil. Mudanzas al marte, la librería vallisoletana sigue siendo referente y raro es el escritor que pasa por Valladolid y no acude a esta librería a presentar su obra, sin olvidar del sin fin de actividades y talleres infantiles.
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La emblemática librería Cervantes
Si nadie lo remedia estos próximos meses podrían ser los últimos para la octogenaria librería salmantina Cervantes, uno de los grandes referentes nacionales en el sector bibliográfico. Su propietario, Jesús Sánchez Ruipérez, de 87 años y a punto de jubilarse, ha estado vinculado al mundo editorial desde la infancia; no en vano, su padre, que se hizo cargo del establecimiento en 1942, fue el fundador de Ediciones Anaya, Germán Sánchez Almeida. Ahora el proyecto no encuentra continuidad familiar y una de las soluciones que barajan es que la treintena de trabajadores que actualmente conforman la plantilla se constituyeran en cooperativa para continuar con el negocio.
De no ser así, los salmantinos tendrán que aprovechar hasta abril para perderse en este espacio lleno de historia y literatura. Y es que los primeros datos que se conocen de la librería Cervantes se remontan a 1937, cuando Evaristo Viñuela la fundó en la calle Toro y un año después la trasladó a la calle Azafranal. Fue entonces cuando pasó a manos del mencionado Germán Sánchez Almeida, padre también de Germán Sánchez Ruipérez, uno de los grandes mecenas culturales del siglo XX.
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Artemis, en León
Junto con Oletum y otra veintena de librerías castellano y leonesas, la leonesa Artemis ha entrado a formar parte del selecto club de «librerías de referencia cultural», el sello creado por la Consejería de Cultura para afianzar el papel de los libreros como agentes perfeccionar la calidad de los servicios que prestan, incrementar los índices de ventas y en general, mejorar su imagen y visibilidad. Alrededor de 18.000 referencias forman parte de los fondos bibliográficos de este establecimiento, que cuida con mimo a los autores leoneses y una clara apuesta por los noveles. Artemis abrió sus puertas en la calle Villa Benavente de León hace ya doce años y cuenta también con punto de venta en internet.
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Ícaro, una librería y algo más
Siguiendo la moda de hacer de estos establecimientos algo más que un espacio para vender libros, Ícaro fue la primera librería castellano y leonesa que coqueteó con la hostelería. Fue en 2013, más de veinte años después de que abriera por primera vez sus puertas en La Granja de San Ildefonso, en plena Reserva de la Biosfera y a la entrada del Parque Nacional de Guadarrama. Especializada en viajes, montaña, literatura juvenil e infantil, ensayo y narrativa, dispone de un amplio programa cultural.