Cada castellano y leonés genera más de un kilo de basura al día
La Comunidad cuenta con un plan para reducir los residuos en un 50 por ciento en 2020
Preservar el medio ambiente se torna un objetivo vital en los tiempos que corren, en los que la producción ingente de residuos diarios sobrepasa muchas veces las expectativas. Por eso, tanto en Castilla y León como en la gran mayoría de lugares de España existe una red de contenedores de recogida selectiva para tratar de reducir tanto el impacto que se produce en el medio ambiente, como ahorrar materias primas y energía y generar y reutilizar un producto nuevo. La concienciación cada vez es mayor, pero según el último dato oficial, de 2015, la recogida de residuos domésticos superó el millón de toneladas y supuso una generación media de 436 kilos de basura por habitante al año.
Con el objetivo de reducir en 2020 la cantidad de residuos domésticos y comerciales destinados a la preparación para su reutilizado y reciclado en el 50 por ciento como mínimo, el Plan Integral de Residudos de Castilla y León (PIRCYL) incorpora un programa de prevención con ciertas metas como mantener la tasa d recogida por debajo de los 470 kilos por habitante al año; reducir en un 10 por ciento en 2020 la cantidad de residuo doméstico todo uno o resto respecto a 2010, lo que implicaría pasar de 922.197 toneladas a 829.978 en estos diez años; y reducir el rechazo de residuo doméstico enviado al vertedero en la misma cantidad, un 10 por ciento, es decir, pasarían de 780.334 toneladas a poco más de 700.000 en 2020.
En estas metas, debido al modelo de gestión actual, cobran especial importancia las entidades locales, ya que son las principales responsables, con el apoyo de la Junta de Castilla y León, que les dota de diferentes infraestructuras. Así, en los últimos años se han construido 12 Centros de Tratamiento de Residuos (uno por provincia excepto Ávila, que cuenta con 2, y Burgos con 3), 10 vasos de rechazos, 49 plantas de transferencia, 118 puntos limpios y 3 plantas de clasificación de envases. Además, la implicación de la ciudadanía es otra de las partes importantes en la reducción de la basura, con lo que se llevan a cabo campañas de sensibilización, comunicación e información para que se lleve a cabo una adecuada separación de los residuos y que mejore sustancialmente los porcentajes de reciclaje.
Recuperación de la calidad ambiental
El actual plan de gestión trata de evitar por todos los medios que se contaminen los suelos. Sin embargo, antes de su puesta en marcha, se han podido producir vertidos en diferentes lugares, con lo que podría haber suelos potencialmente contaminados. Por esa razón, la administración ha creado un inventario de estas zonas y avanzan de manera progresiva en la identificación de la polución y su extensión, para más adelante tratar de restaurar ese espacio.
En este sentido, para recuperar la calidad ambiental de los espacios donde se ubicaban los vertederos de residuos urbanos, se ha desarrollado el Programa de Clausura y Sellado de Vertederos que completó sus actuaciones en 2017, con un total de 556 vertederos sellados y una inversión de 129 millones de euros.
Ahora, se ha puesto en marcha el programa para la recuperación ambiental de zonas degradadas por el depósito de residuos inertes en la Comunidad de Castilla y León, es decir, pequeñas escombreras, que contará con una inversión superior a los diez millones de euros para la restauración de las 2.326 escombreras inventariadas.
Producir bienes y reducir el consumo
Por último, en el marco del desarrollo sostenible, se está trabajando en una iniciativa llamada Estrategia de Economía Circular que conlleva la producción de bienes y servicios a la vez que se reduce el consumo y el desperdicio de materias primas, agua y fuentes de energía. Con lo cual, el objetivo primordial es «cerrar el ciclo de vida» de los productos, los servicios, los residuos, materiales, el agua y la energía.