«Yo no sé nada de vídeos»

ABC localiza la casa donde un veinteañero, ya en libertad, guardaba las grabaciones a cientos de chicas mientras hacían sus necesidades o a parejas que practicaban sexo

Esta vivienda fue registrada por la Policía Nacional M. Moreno
Manuel Moreno

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Varios búhos ornamentales «vigilan» la verja de la casa. En esta vivienda, a las afueras del pueblo, la Policía Nacional encontró cerca de mil archivos de vídeo grabados, presuntamente, por el veinteañero detenido en el recinto ferial de La Peraleda, en Toledo, el 19 de junio . Se le acusa de filmar durante años, en varias ciudades españolas, a cientos de chicas mientras hacían sus necesidades fisiológicas o a parejas que mantenían relaciones sexuales. Grababa aprovechando grandes concentraciones de personas y también en centros universitarios. Se apostaba en zonas apartadas para «cazar» a sus víctimas.

Este jueves, pasadas las diez de la mañana, un joven veinteañero salió de esa misma vivienda acompañado de un perrito. «No sé nada de eso» , contestó desde la cancela de la casa cuando ABC le preguntó por los vídeos. Sin ponerse nervioso, negó hasta en tres ocasiones que conociese el caso y, mucho menos, que tuviese alguna relación con él. «No sé nada» , repitió tranquilo, sin inmutarse ante la insistencia del periodista. «¿No serás tú el detenido?», se le cuestionó de nuevo. «No», volvió a negar. El muchacho, bien parecido, respondió en pantalón corto y con el torso desnudo. Tras el breve encuentro con ABC, volvió a entrar en su casa.

Hasta cuatro años de cárcel

La vivienda se encuentra en un pueblo de Toledo situado a 25 kilómetros de la capital. Con una población de casi 4.400 habitantes censados, posiblemente pocos saben que uno de sus vecinos está involucrado en este execrable caso. La Policía le imputa la presunta autoría de un delito continuado de descubrimiento y revelación de secretos, regulado en los artículos 197 a 201 del Código Penal , por lo que podría enfrentarse a penas de prisión de uno a cuatro años, y multa de doce a veinticuatro meses.

La alcaldesa del pueblo había leído la información en Facebook, pero reconoce, estupefacta, que en ningún momento relacionó este asunto con ninguno de sus vecinos. También en la Policía Local admiten que no sabían nada de ningún parroquiano involucrado en este caso. «Lo he leído esta mañana en el periódico, pero nunca pensé que el joven fuera de aquí» , afirma uno de los tres agentes municipales.

La noticia circula por las redes sociales desde que la Policía Nacional lo difundió este miércoles, diez días después de que el individuo fuera arrestado con las manos en la masa. Su detención se produjo durante la madrugada del sábado al domingo 19 de junio, un día antes de luna llena.

Eran las cuatro y media de la mañana en el recinto ferial La Peraleda, donde miles de jóvenes se reúnen los fines de semana para hacer botellón. Una llamada al 091 alertó a los agentes. Una joven se había percatado de una luz roja cuando se retiró a una zona de maleza para realizar sus necesidades. Se acercó al destello. Sorprendida, descubrió una zona preparada con cartones para que una persona pudiera apostarse entre las hierbas. No fue lo único que vio esta chica. Se fijó también en un muchacho que huía a pie a toda prisa, aunque el individuo no llegó muy lejos.

Varios agentes acudieron al aviso y localizaron al sospechoso antes de que se largara en un turismo. Dentro del vehículo, los policías encontraron una cámara réflex y una videocámara equipada con un visor de infrarrojos. En su memoria había almacenados 34 vídeos, que el sujeto había grabado esa misma noche.

Al detenido, que jugó al fútbol en las categorías inferiores del club de su pueblo, la Policía Nacional lo dejó en libertad tras tomarle declaración, leerle sus derechos y practicar un registro en su domicilio. Para entrar en la casa, los investigadores pidieron una autorización a la magistrada del juzgado de guardia que estaba en Toledo, el número 5 de primera instancia e instrucción. En el interior de la vivienda, de dos plantas, los agentes encontraron dos ordenadores, que guardaban cerca de 1.000 archivos de vídeo con imágenes de similares características: en ellas se podía ver a chicas realizando sus necesidades o a parejas practicando sexo.

A la espera del decanato

El joven filmó durante varios años, tanto de día como de noche, en diferentes provincias de España, según la Policía. Incluso utilizaba una silla de camuflaje, hallada en su casa, para ocultarse durante las filmaciones.

Sin embargo, no ha trascendido si lo hizo para consumo propio o, por el contrario, comercializó con estas grabaciones. De confirmarse este último extremo, podría agravarse la acusación contra este individuo.

El veinteañero, en libertad ahora, no ha pasado a disposición judicial todavía. «No hay unas fechas que determinen el periodo en que el que se cometieron presuntamente estos hechos», explicó ayer un portavoz del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha. Por consiguiente, el atestado de este caso fue enviado al Palacio de Justicia de Toledo para que el decanato se encargue ahora de asignar el asunto a un juzgado . Será a partir de entonces cuando un juez tome declaración al muchacho.

«Yo no sé nada de vídeos»

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