Desalojan al segundo intento dieciséis viviendas okupadas en Recas
Fuerte despliegue de la Guardia Civil, aunque la mayoría de los pisos ya estaban vacíos
Dieciséis de las setenta viviendas de un bloque de pisos de Recas, propiedad del banco malo Sareb , han sido desalojadas este martes por una orden judicial. Aunque hubo un gran despliegue de la Guardia Civil, con numerosos agentes de los llamados «antidisturbios», su intervención no fue necesaria. Solo dos de los dieciséis pisos estaban okupados cuando la comisión judicial se personó para cumplir el mandato. El resto de viviendas estaban vacías. El cordón policial se levantó al mediodía, ¿qué pasó en las últimas 24 horas?
4 de julio, 11.30 de la mañana. Calle de la Fuente. Guardias civiles uniformados pulsan el timbre de la casa de María José para pedirle un favor: que permita que en un terreno de su propiedad puedan estacionar a la mañana siguiente vehículos que van a participar en el desalojo de okupas en un edificio cercano.
23.44. Pablo recibe dos wasaps en su teléfono móvil. En el primero, lee:«K mañana a las 6 am comienza el desalojo». En el segundo: «Información confidencial». Pablo, jubilado, vive en un pueblo con casi 4.400 habitantes censados —la población flotante es muy alta—, y por donde esos mismos mensajes ya se extienden como la pólvora.
5 de julio. Antes del alba , varios guardias civiles, uniformados y de paisano, comienzan a desplegarse por los alrededores de un edificio en forma de L al que se accede por tres portales. Una fachada está orientada a la calle Hontanilla y la otra da a la calle Zarza. Se trata del bloque de pisos donde 16 de sus 70 viviendas van a ser desalojadas ese día por una orden judicial.
Sobre la siete de la mañana, una columna de vehículos de la Guardia Civil aparca en la parcela de María José, a apenas 100 metros en línea recta del bloque de viviendas en cuestión. De las furgonetas y todoterrenos bajan agentes del GRS (Grupo de Reserva y Seguridad) y de la Usecic (Unidades de Seguridad Ciudadana de la Comandancia).
El peor de los supuestos
Varias decenas de guardias civiles, muchos de ellos «antidisturbios», participan en el operativo, al que se han sumado los tres policías locales de Recas y servicios sanitarios. A simple vista, parece un número de agentes exagerado. Sin embargo, los responsables del operativo barajan el peor de los supuestos en este tipo de intervenciones. No quieren sorpresas, y menos después del primer intento de desalojo que hubo hace varias semanas. En aquella ocasión tuvo que ser aplazado ante la irrupción de varias personas que quisieron impedir el lanzamiento, recuerda la alcaldesa, Laura Fernández. Pero, ¿por qué se ha llegado a esta situacion?
La Guardia Civil acude a Recas para garantizar que una comisión judicial va a cumplir con un lanzamiento por ejecución hipotecaria. El mandato ha sido ordenado por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Illescas, a raíz de un procedimiento iniciado por el banco malo Sareb. Este es el propietario de 70 viviendas, si bien los inquilinos de 39 de ellas han acreditado títulos de arrendamiento o recibos de suministros básicos para evitar el lanzamiento de momento, «hasta ver qué sucede con cada caso», según explican fuentes del Tribunal Superior de Justica de Castilla-La Mancha. «Pero esas personas ya no pagan alquiler» , aclara la alcaldesa.
De momento, la orden judicial va a ejecutarse en 16 pisos y la agrupación de juzgados de paz a la que Recas pertenece es la encargada de cumplir con el mandato del juzgado de Illescas.
El cordon policial es muy férreo. Se solicita el DNI a cualquier persona que pretenda cruzarlo para ir de un lado a otro de las calles adyacentes al edificio. Bueno, a todo el mundo, no. Justa, de 87 años, vive en la calle Hontanilla y ha conseguido superar el control de la Guardia Civil para poder ir a comprar patatas. Otros vecinos de la zona ya habían tenido que cambiar su rutina, bien temprano por la mañana, para poder ir a trabajar.
El edificio de la calle Hontanilla, construido con el último boom inmobiliario, ha sido «expoliado» por dentro en el último lustro. « No hay puertas, ni ventanas, ni inodoros en algunas viviendas. Desapareció también un equipo de bombeo que estaba valorado en unos 300.000 euros », cuenta Bernardo, fontanero. Y en el tejado faltan varios paneles solares, algo visible desde el exterior. Algunos vecinos cuentan que han tenido problemas con ciertos moradores del inmueble, de donde han llegado a oír hasta disparos. Otros, en cambio, no recuerdan enfrentamientos.
Más ejemplos
La comisión judicial hace su trabajo mientras que algunos de los inquilinos del edificio miran por las ventanas o terrazas lo que pasan bajo sus pies. Las dos únicas viviendas habitadas de las 16 afectadas por el lanzamiento son abandonadas por sus moradores. Un hombre dobla mantas y sábanas en el portal del número 6. Con tranquilidad, sin incidentes. El operativo se levanta pasado el mediodía.
En Recas, donde conviven más de cuarenta nacionalidades, hay más casos de viviendas okupadas. Por ejemplo, una urbanización construida entre las calles de Castilla-La Mancha, La Sagra y Depósito. O un edificio de la calle Manzanar, donde el Ayuntamiento es dueño de algunos locales. Los vecinos oriundos de la población se quejan de la «abrumadora» presencia de okupas. «Solo deseo que podamos vivir como los hacíamos hace unos años», afirma Carmen mientras echa la llave a la cancela de la casa de su hijo.