«Dejar todo atrás está siendo como renacer, pero siempre con Marta en mi mente»

«La experiencia, de momento, fantástica. Dejar todo atrás esta siendo como renacer, pero siempre con Marta en mi mente, a mi lado». Con estas sentidas palabras Francisco Antonio Murcia Gómez cuenta sus primeras impresiones de su desafío, una aventura en solitario de más de 1.000 kilómetros a pie: correr el Camino de Santiago desde Bayona (Francia) hasta la capital del santo apóstol, siguiendo el sendero de la Ruta Norte y la costa, con parada final en Finisterre.

¿Por qué hace esto? Es la forma que tiene Tito, como todo el mundo conoce a este vecino de Los Yébenes (Toledo), de luchar contra la endometriosis. Una enfermedad que padeció su mujer, Marta , a quien se la llevó un tromboembolismo pulmonar tras un fallido proceso de fertilidad. Solamente tenía 36 años.

Los 32 kilómetros de la primera etapa, este martes, fueron muy duros «porque tuve que cargar con la mochila, que pesaba una barbaridad, y apenas podía correr». La espalda, destrozada por culpa de ese peso, y las primeras ampollas.

Luego llegó San Juan de Luz-Irún . También con la mochila a cuestas, aunque un recorrido de solo 15 kilómetros le permitió ir «más relajado, por un entorno más rural, con más sierra, y disfruté mucho». Desde Irún partió sin mochila, solo con lo necesario, ya que una empresa se encarga de llevarle el macuto. Por eso pudo hacer más ligero la etapa que acabó en San Sebastián y luego hasta Zumaia , a donde ha llegado este viernes. «Los dos últimos días he disfrutado mucho; al no ir cargado, he podido correr bien. Los paisajes, increíbles, pegados a la costa. Sigo con fuerzas, aunque son etapas duras, por sierra, con constantes subidas y bajadas muy pronunciadas. Pero me estoy divirtiendo», explica a abc.es .

«De momento, no hecho mucho de menos a los míos, me imagino que con el paso de los días aumentaran esas ganas de verlos. Pero también es lo que buscaba, la soledad en este camino, donde espero encontrar respuestas y dejar en él algunos miedos», relata.

«Por el tema solidario estoy muy feliz, hay mucha colaboración y, sobre todo, mucha difusión. Me alegra mucho, por las chicas que sufren la enfermedad, porque se lo merecen: son unas luchadoras y muy valientes», anima con el mar a su espalda.