75 años de fidelidad al Atleti
Con raíces en la localidad de Yuncler, Justo Aguado ha sido uno de los socios más veteranos del Atlético de Madrid que recibió un homenaje del club por su fidelidad. Esta es su historia
![Justo Aguado fue acompañado por el portero Miguel Ángel Moyá el día del homenaje](https://s1.abcstatics.com/media/espana/2017/02/04/socio-k0hD--620x349@abc.jpg)
Para ser el socio número 25 del Atlético de Madrid hay que evidenciar un amor permanente y sin límites a los colores. Eso y tener los 82 años que adornan a Justo Aguado , un atlético con raíces en la localidad toledana de Yuncler que hace unas semanas recibió la sorpresa, junto con los otros nueve socios más antiguos, de pisar el césped del Vicente Calderón y recibir el homenaje de los jugadores de la primera plantilla y de la afición que ese día llenaba las gradas del estadio en el partido contra el Real Betis.
Socio desde febrero de 1943, Justo Aguado tuvo su primer contacto con el club rojiblanco en el mítico estadio Metropolitano, en el barrio de Cuatro Caminos. «Con la guerra, el estadio había quedado destruido, luego lo reformaron y en el año 1943 se empezó a jugar otra vez allí. Desde entonces soy socio», recuerda.
Sus padres eran naturales de la localidad de Yuncler, pero él ya nació en Madrid. «Tenía entonces 8 años y era del barrio de Cuatro Caminos, así que como yo muchos nos hicimos socios del Atleti. En aquel entonces, como las localidades eran de pie, iba con una sillita plegable de tijera para subirme y poder ver el partido.
El paso por el Motropolitano fue una buena época para los atléticos, pero a mediados de los 60 las necesidades económicas aconsejaron hacer la primera mudanza a la ribera del Manzanares, una zona que se antojaba muy lejana y en medio de la nada. «Yo tenía entonces 32 años y acostumbrado a tener el campo tan cerca en mi barrio me parecía que se lo llevaban al otro mundo, pero luego ya nos acostumbramos. En principio íbamos en coche y luego la cosa se puso más difícil y ahora hay que ir en el metro».
En el entorno familiar de Justo todo es a rayas. «Somos nueve abonados en casa, cuatro hijos, tres nieto y el yerno , que también es atlético».
Por su retina han pasado todo tipo de jugadores, pero a la hora de destacar a las grandes figuras nuestro protagonista señala que «si nos vamos a los más antiguos hay que destacar a Ben Barek, Aparicio o Silva, luego más recientes Mendonça, y más tarde Futre… ha habido muchos jugadores muy buenos».
Son muchos estilos de fútbol y jugadores muy diferentes a lo largo de 75 años como socio, pero Justo Aguado lo resume fácilmente destacando que «el Atleti siempre ha puesto mucho entusiasmo, pero ahora con el Cholo se emplean más duro, más fuerte».
Lógicamente, también ha sido una larga vida de rivalidad con el vecino madridista, con estados de ánimo diferentes dependiendo de la época. En su opinión, es que «da la impresión de que siempre los hemos tenido por delante, y también han tenido más ayudas que nosotros, pero antiguamente no era así. En aquella época el Atleti le superaba. Recuerdo que nosotros teníamos cuatro ligas y el Madrid todavía llevaba una o dos. Pero luego ya cambió la cosa».
—Cincuenta años después, otro cambio de estadio ¿cómo lo asume usted?
—Ya tenemos que conformarnos, no tenemos más remedio, pero vamos mejorando el campo, su capacidad, y ahora a ver si nos acoplamos bien, si hacen accesos buenos, que todavía no han empezado a hacer nada. Desde donde yo vivo tenemos claro que vamos a ir en el Metro, que nos dejará en la puerta.
—Y sobre el cambio del nombre del estadio y del escudo ¿qué opina?
—El nombre del estadio no me parece mal, porque han añadido lo del Metropolitano, pero en el escudo estamos acostumbrados al que tenemos y lo encontramos un poquillo raro. También nos tendremos que acostumbrar, pero entiendo que la cuestión económica también influye, es una venta que hacen.
—Cuéntenos cómo fue ese día del homenaje ¿cómo surgió todo?
—Nos llamaron del club para decirnos que si queríamos ver el partido desde el palco y también me preguntaron ¿usted puede andar? porque claro, los socios mayores ya andamos mal. Y ¿puede subir escalones? y les dije, sí. Entonces nos reunieron a once sin decirnos nada, nos llevaron a una sala y nos dijeron: a ver, ¿para qué creen ustedes que les hemos traído aquí?. Y cada uno dio su opinión. Luego nos bajaron al campo, aunque antes nos vendaron los ojos, y nos llevaron hasta el centro, donde nos recogieron los jugadores, pero ya intuíamos dónde estábamos porque, claro, íbamos por la hierba.
—¿Y cuando les destaparon los ojos y vieron desde abajo el campo lleno…?
—Bueno, eso fue impresionante, con todas las luces, todo el público…
—A usted le acompañó Moyá ¿qué le dijo?
—No tuvimos mucho tiempo de hablar: ¿te parece que está bien la hierba? Sí, está formidable… en fin, cosas de esas. Pero en definitiva es un gran detalle del club que nos gustó mucho a todos y que no lo suele hacer ningún club. Por eso le estamos muy agradecido al Atleti, porque nos da la facilidad de que los niños que nacen hasta los cinco años puedan ir de socios gratuitamente y ya les hacemos nada más nacer, así que a medida que crecen se van aficionando. Tengo ya a tres nietos que son abonados y van a todos los partidos.
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