ENTREVISTA

Juan Ignacio de Mesa: «En Toledo nos tenemos que curar del complejo del TTV»

Con la sabiduría que da la experiencia y el amor por su ciudad, analiza las fortalezas y debilidades de Toledo y sugiere cómo lograr un futuro mejor

Juan Ignacio de Mesa dice que siempre seguirá trabajando por Toledo ABC
María José Muñoz

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Como habitualmente en este país nadie dimite de sus cargos, ha causado sorpresa su anuncio de abandonar la Presidencia de la Real Fundación Toledo , pero él responde de forma natural que «cuando tomé posesión, me puse fecha de caducidad, y así me comprometí conmigo mismo».

¿Puede explicar mejor por qué ha dimitido?, ¿no está enfermo ni nada verdad?

(Risas). Mire, para ostentar un cargo tienes que tener el timpo que la dedicación exige sin limitaciones. Yo ya tenía dificultades porque esto te exige muchas horas de reuniones, contactos, entrevistas, mucha presencia física en muchos sitios. Y tengo que atender mis tareas profesionales, que son de las que vivo, mi despacho privado. Tenía que tomar una decisión y ese momento era precisamente este.

¿Por qué?

Llevamos coleando con dos asuntos que son muy importantes para Toledo y para la Fundación, y que te obligan a una dedicación y un seguimiento exhaustivo, como son Vega Baja y el Festival del Greco de Toledo. Llevo desde los 20 años metido en todos los jardines que me he propuesto, los movimientos estudiantiles en la universidad, los movimientos sociales en Toledo, partidos políticos, alcaldía, Cámara de Comercio, fundación de Fedeto, la presidencia de CCM...Y llega un momento en que digo: ya he cumplido 70 años, creo que mi cuota de esfuerzo dedicada a la sociedad la he cubierto con creces y creo que me merezco un descanso, aunque voy a seguir trabajando por Toledo.

Paloma Acuña le ha sustituido al frente de la Fundación. ¿Es quizá una presidenta de transición?

No, no lo es, y deberá hacer los cambios a futuro que se precisen.

Dicen que no es toledana, lo que le resta carisma para el cargo.

Nos tenemos que curar en salud de esas cosas, ya estamos con lo del complejo del TTV. Yo soy TTV y estoy hasta los pies. Yo expulsaría a muchos TTVs. Parece mentira que estemos permanentemente planteándonos la pureza de sangre como si no hubiéramos superado todavía el siglo XVIII. La Constitución americana establece que para ser presidente de los EEUU hay que haber nacido allí, dejémoslo para ellos. Aquí no tenemos ninguna ordenanza municipal que diga que para ocupar un cargo en Toledo hay que haber nacido en Toledo.

Un festival en el aire

¿Qué cualidades destacaría de Paloma Acuña?

-Es muy buena como gestora cultural y en este momento lo que se necesita es eficacia en la gestión.

¿Y a qué se enfrenta ahora la Fundación?

No podemos seguir manteniendo que la acción de las instituciones se quede en un segundo plano como si con ellos no fuera la cosa. La Fundación es la que sigue levantando fondos privados para mantener obligaciones a las que en su día se comprometieron con nosotros. Estar en una posición así era verdaderamente insoportable.

No parece muy contento con el trabajo que le toca hacer a las administraciones.

La Real Fundación asume el compromiso del Museo Victorio Macho, es un proyecto ambicioso, es la joya de la corona, es buenísimo para Toledo el haber recuperado esa sede. Estaba que daba vergüenza, y era necesario recuperar la memoria del escultor, su obra. Pero había una contraparte a ese compromiso, que lo que era el costo de mantenimiento de tener abierto el museo había una parte que iba a ser asumida por el Ministerio de Educación y Cultura, y otra por la junta. Cuando llega la crisis, la Junta desaparece del mapa, y el ministerio, de la cuarta parte, la mitad, con lo cual teníamos que asumir un costo muy elevado que obviamente nos desviaba de otros fines.

Por ejemplo, el Festival de Música El Greco.

-Sí. Teníamos la posibilidad de poder instaurar el Festival de Música El Greco, que fue uno de los grandes legados que dejó la Fundación El Greco 2014, y poder mantenerlo todos los años.

¿Cómo está ese asunto?

En el aire totalmente, y la cuestión es que hay que lograr que todos asumamos qué es lo que queremos. Que la ciudad no quiere consolidar un festival de calidad como es ese, con contenedores tan magníficos como la catedral, San Pedro Mártir, o las sinagogas, -donde se pueden hacer conciertos que figuren en un rango suficientemente cualificado como para que entren en los circuitos europeos de música-; si la ciudad no lo quiere, pues no se hace. El año pasado logramos, con mucho esfuerzo, ponerlo en marcha después de múltiples reuniones, debates y discusiones, y con financiación de la Fundación Toledo, la Diputación, la Junta y el Ayuntamiento. Con mucho esfuerzo, pero se logró, y con la complicidad del Teatro Real, la UCLM y la catedral. Me tocó luchar mucho para sacar adelante el festival.

«El turismo se concentra no más allá del 30% del Casco Toledo tiene otras muchas ofertas interesantes, otros recorridos que harían más atractiva la visita a la ciudad»

«Está pendiente, permanentemente, de que se haga el Plan Director, pero el Ayuntamiento no da respuesta»

¿Y este año?

-Estamos en enero y no hay nada programado. Toledo tiene que definir qué es lo que quiere ser.

¿Quién debe definirlo?

-Obviamente, qué modelo de ciudad queremos para Toledo tiene que liderarlo el Ayuntamiento. Y todo el mundo tiene que participar en la definición de ese modelo: instituciones, vecinos, asociaciones, universidad, iglesia, Cámara...

¿Cuáles son para usted los pilares de ese modelo de ciudad?

En la primera legislatura de Emiliano García-Page como alcalde hubo el compromiso todos los partidos políticos con la Fundación de Toledo de hacer un Plan Estratégico para la ciudad. Emiliano nombró al vicealcalde Ángel Felpeto y a mí responsables de poner en marcha el Plan Estratégico. Me comprometí a hacer un DAFO de la ciudad y vimos cómo se habían hecho los planes estratégicos de otras ciudades en España, como Barcelona 92, Vitoria ciudad verde europea, remodelación absoluta de Bilbao, Sevilla…

Un Plan que ya no sirve

¿Y en qué quedó eso?

Se encargó un proyecto que se adjudicó a AFI (Analistas Financieros Internacionales), y el presupuesto fue escaso, de unos 40.000 euros. Tras muchas entrevistas y mesas de debate se redactó un documento: el Plan Estratégico Horizonte Toledo 2020. En él se definía todo: comercio minorista para atender a los barrios de la ciudad, Universidad, organizaciones empresariales, movilidad urbana y transportes, colaboración entre instituciones para proyectos con dinero público o privado....con el fin de anticiparse a los problemas que ya se veían venir.

¿Como cuáles?

Qué va a pasar con determinados contenedores del Casco Histórico que se están quedando vacíos, qué tipos de usos se les pueden dar, de qué forma se pueden rehabiitar para darle un contenido que permita que no se hundan y siga arruinándose el Casco, de qué forma se prioriza los medios de transporte entre los distintos barrios de la ciudad, cuál es el perímetro urbano sobre el que se va actuar, de qué forma se establece el área metropolitana, cómo se canalizan las comunicaciones entre los pueblos de la periferia de Toledo y la ciudad, cómo se hacen aparcamientos disuasorios...Es decir, responder a un montón de preguntas ante una serie de problemas concretos que tienen soluciones alternativas y que se pueden cuantificar para poder saber de qué medios dispones y cómo lo puedes llevar a cabo.

¿Dónde está ese estudio, existe?

-Sí, existe, pero se guardó en un cajón en el Ayuntamiento porque no hubo voluntad política por los grupos políticos para aprobarlo en el pleno. Tengo que reconocer como toledano que me daba apuro ver en las reuniones que tuvimos Ángel Felpeto y yo con los grupos políticos que era imposible el que prevalecieran criterios de ciudad sobre los criterios de partido. De eso hace ocho años.

¿Nunca se utilizó el documento?

Ese plan se sacó del cajón hace dos años porque para acceder a fondos europeos había que justificar que la ciudad tenía un plan. Y ya no tiene sentido porque su horizonte es 2020. Habría que volver a sacarlo, a reestudiarlo, remodelarlo entero, utilizarlo como documento de partida para volver otra vez a debatir sobre qué modelo de ciudad queremos, qué recursos tenemos, etc.

Y tal y como están las cosas, ¿es ustes optimista? Parece que el devenir político siempre dificulta que una serie de planes se puedan llevar a cabo.

No prevalece nunca el largo plazo absolutamente para ninguno. El corto plazo hace que no haya tiempo para planificar a largo plazo.

¿Culpa usted al carácter de los toledanos en esa ambición de futuro?

No creo que los toledanos tengamos que estar fustigándonos permanentemente; ¿que nos tenemos que quitar la caspa?, efectivamente; ¿que hay que plantearse las cosas con seriedad?, efectivamente; ¿que hay que dejar de estar permanentemente criticando sin hacer nada?, también. Dejemos de criticar y hagamos cosas, y eso implica comprometerse. Tenemos que dejar solo de hablar tomando un café, o escribir un tuit o una frase más o menos ingeniosa o estúpida en las redes sociales, y ser gente que trabaje por cumplir un objetivo: hacer una ciudad mejor. Eso sí ha sido muy toledano de siempre, decir « no hagas nada porque, hagas lo que hagas, te van a criticar».

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