Municipal
El Ayuntamiento sigue sin saber qué hacer con el gimnasio de San Lázaro
Desde hace más de un año conoce la propuesta para utilizarlo como centro cívico y lugar de entrenamiento para el club de esgrima
Hace más de un año el Club Esgrima Toledo , junto con la asociación de vecinos «La Verdad», presentó al Ayuntamiento un proyecto para dar uso al gimnasio San Lázaro. Esta idea pasaba por convertir el espacio en un lugar de entrenamiento para los espadachines, dejando otra zona para una exhibición de espadas, de gran tradición en la ciudad, y una tercera como una especie de centro cívico para los vecinos.
El Ayuntamiento escuchó la idea y dedicó 100.000 euros a «consolidar» el edificio , que básicamente estaba en ruinas. En las obras trabajaron una decena de personas del programa «Garantía+55», un plan de empleo de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha que busca dar otra oportunidad a quienes ya andan cerca de la jubilación.
Parecía que aquellas obras serían el germen con el que el gimnasio se pusiera otra vez en funcionamiento después de muchos años. Sin embargo, hoy la instalación sigue cerrada a cal y canto.
«No hay dotación presupuestaria. Nosotros pedimos un centro multiusos. Lo hemos estado viendo con la concejala de distrito, que es Noelia de la Cruz. El gimnasio está declarado Bien de Interés Cultural y se valoró también que el Consorcio pudiera intervenir», cuenta a ABC Tomás Ruiz, presidente de la asociación «La Verdad».
Desde el club de esgrima, Carlos Toledo, vocal de la junta directiva, explica a este periódico: «Todavía no tenemos ninguna respuesta del Ayuntamient o . A nosotros lo que nos gustaría es firmar un convenio y, a partir de ahí, empezar a trabajar con tiempo». Y dice que la propuesta del club sería «hacer una gestión conjunta» en la que ellos incluso se encargarían de buscar financiación privada, pero necesitan el beneplácito del Consistorio.
Comisión de trabajo
Mientras, la presidenta del club, Graciela Gómez, desvela que en este último año se ha creado una comisión de trabajo con presencia de todos los grupos políticos, de varias asociaciones vecinales y del propio club para decidir qué hacer con el gimnasio. El resultado, de momento, es el silencio.
Desde el Ayuntamiento insisten en esta comisión de trabajo y muestran su predisposición a dedicar el gimnasio a algún «uso vecinal, social, cultural y, por qué no, lúdico o deportivo». Aunque siempre «en la medida de las posibilidades presupuestarias». Ahí está la clave.
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