Cumpleaños en tiempos difíciles

El Rey cumple hoy 48 años. En todo el mes sólo ha acudido a un acto fuera de Zarzuela

El Rey recibe al portavoz de Compromís, Joan Baldoví POOL

ALMUDENA MARTÍNEZ-FORNÉS

El Rey cumple hoy 48 años, y lo hace en unas circunstancias muy excepcionales. Nada que ver con su anterior aniversario como Monarca, cuando le coincidió con un fugaz viaje oficial a Etiopía en el que le sorprendieron con una tarta de cumpleaños, ni con los que celebró como Príncipe de Asturias, cuando aún estaba a la espera de asumir la Corona. Ahora lo hace bajo el peso de su responsabilidad como Jefe de Estado en un país lleno de problemas , que inquietan incluso a los veteranos políticos que hicieron la Transición.

La situación es tan excepcional que Don Felipe lleva casi un mes sin salir del Palacio de La Zarzuela . En todo enero, sólo ha asistido a un acto oficial fuera de su despacho: la Pascua Militar, que se celebró el 6 de enero en el Palacio Real. La otra cita fija de todos los meses de enero -la recepción al Cuerpo Diplomático extranjero- ha tenido que ser aplazada. Don Felipe tampoco ha podido inaugurar la Feria Internacional de Turismo (Fitur), a la que no solía faltar, y ha delegado esta misión en la Reina, cuya agenda también se ha visto muy reducida este mes de enero.

Dos semanas en el despacho

El Rey lleva dos semanas encerrado en su despacho recibiendo políticos de todas las tendencias en cumplimiento del artículo 99 de la Constitución, que nunca había dado tantos quebraderos de cabeza como ahora. Lo que en tiempos de Don Juan Carlos había sido prácticamente un trámite constitucional se ha convertido ahora en un sudoku de difícil solución. Padre e hijo han bromeado entre ellos sobre lo fácil que lo tuvo el primero y lo complicado que lo está teniendo el segundo. La ley es la misma, pero las circunstancias son completamente distintas. Esta vez la solución no está en las «endemoniadas matemáticas».

Desde que se constituyeron las Cortes el pasado 13 de enero y hasta ayer, Don Felipe ha mantenido 26 audiencias en su despacho , todas para lo mismo: dar cumplimiento al artículo 99 de la Constitución, que le encomienda la misión de proponer a un candidato a presidente del Gobierno tras consultar a los partidos con representación parlamentaria. Todavía tiene programadas otras cinco audiencias con políticos los próximos lunes y martes. Este último día terminará la segunda ronda de consultas y después citará al presidente del Congreso, Patxi López, para trasladarle su propuesta.

Nadie sabe lo que pasará a partir de ese momento. Menos aún, después de que el Rey se encontrara ante l a situación imprevista y sin precedentes de que su primer candidato, Mariano Rajoy, declinara el ofrecimiento. Ahora podría abrirse un plazo para que el candidato propuesto busque apoyos, podría haber más adelante una tercera ronda de consultas o podrían incluso convocarse nuevas elecciones. De momento, la agenda del Monarca continúa bloqueada, a la espera de que desencalle la situación política.

Un mayor conocimiento

Pero para lo que han servido claramente estas dos rondas de consultas ha sido para que el Rey y los representantes de las fuerzas políticas se conocieran -o se conocieran mejor- después de conversar con franqueza y en privado durante alrededor de una hora con cada uno en dos semanas consecutivas.

Don Felipe se siente cómodo en la corta distancia. Por ello, casi todos los políticos que han pasado estos días por su despacho han valorado que les preguntara y escuchara con atención, que conociera los problemas que le planteaban y, lo que es más importante, que les transmitiera neutralidad por encima de cualquier presión partidista que haya podido llegar a La Zarzuela. Prueba de esa neutralidad es que a lo largo de este proceso no han faltado voces en los grandes partidos que se han quejado en privado de algunas de las decisiones del Rey.

La noticia de la Infanta

Al incierto panorama político ayer se sumó la noticia de que la Infanta Doña Cristina finalmente será juzgada. Don Felipe ya se distanció de su hermana y de su cuñado, Iñaki Urdangarín, hace cuatro años, cuando estalló el caso Nóos, e incluso hace ocho meses revocó a Doña Cristina el título de Duquesa de Palma de Mallorca. Pero lo que nadie ha conseguido, a pesar de que se lo ha pedido todo el mundo, incluso su familia, es que la propia Doña Cristina renuncie a su condición de Infanta de España, algo que sólo puede decidir ella y que rebajaría la presión sobre la Corona. Como Rey, el único mensaje que Don Felipe ha transmitido es el del «absoluto respeto a la independencia del poder judicial». Sin embargo, aunque su relación con Doña Cristina se haya enfriado, es inevitable que esta noticia haya tenido que afectar personalmente a Don Felipe.

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