Reportaje audiovisual

Así trabajan los hombres que rescatan 200 cadáveres bajo el agua cada año

Participamos en una jornada con el GEAS, el servicio subacuático de la Guardia Civil

Vídeo: Así trabaja el GEAS Elena Villegas
Elena Villegas

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Cerca de 200 personas mueren de media al año en España en un entorno acuático (el mar, ríos, pantanos, cuevas…) El Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS) se encarga, entre otras muchas cuestiones, de recuperar sus cadáveres. Se enfrentan a condiciones adversas, como el frío (la temperatura del agua desciende a los 6 grados a partir de 15 metros de profundidad) y la escasa visibilidad. Acostumbrarse a la presión, aclimatarse a las bajas temperaturas y aprender a orientarse bajo el agua sin apenas ver son algunas de las prácticas diarias imprescindibles para los buceadores del GEAS. ABC les acompaña en uno de estos ejercicios en el pantano de San Juan (Madrid) y muestra, en el vídeo que encabeza este artículo, el trabajo que desempeñan.

Uno de los rescates más complicados ha vivido el Cabo David Quinzaños tuvo lugar en L'Estartit (Gerona) en 2006. Un militar belga buceaba junto a su hija y un amigo en la Cueva del Agua; el militar decidió pasar por una concavidad y desapareció. Sus acompañantes, que no se atrevieron a atravesarlo por verlo demasiado peligroso, dieron la voz de alarma. Acudieron 14 efectivos del GEAS de toda España y buscaron el cuerpo durante un mes y medio, doce horas diarias . Cuando finalmente lo localizaron, se encontraba en tal estado que también resultó muy complicado sacarlo al exterior.

Aunque la mayoría de los rescates son de personas ya fallecidas, no siempre ocurre así. En 2002, en Huesca, el Cabo Quinzaños salvó la vida de una chica que había quedado atrapada en otra cueva; fue la primera vez que salía alguien vivo de ahí.

¿Cómo se orientan los buceadores en condiciones de escasa visibilidad?

Con cuerdas. En una operación en aguas interiores, ya sea un pantano o una cueva, es fundamental ir «cuadriculando campo»; lo hacen con unas cuerdas lastradas con un ánima de plomo que sueltan al fondo. El buceador va siguiendo ese hilo por un lado y regresa por el otro, de manera que les sirve de guía . Cuando ya ha revisado esa instalación, la levanta y la solapa en la zona contigua. Tal y como explica Quinzaños, se trata de un proceso lento y efectivo de búsqueda.

«Vivimos y trabajamos 24 horas al día para el buceo»

David Quinzaños

Pese a las dificultades que entraña esta especialidad subacuática, el Cabo Quinzaños relata que su acceso a ella es puramente vocacional y confiesa que «vivimos y trabajamos 24 horas al día para el buceo».

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