Manifestantes y políticos soberanistas acompañan a Homs a su llegada al Tribunal Supremo

El diputado de Convergència se abrazó con Mas minutos antes de ser juzgado por desobedecer al TC por impulsar el 9-N

Homs, acompañado por cargos de la Generalitat antes de su declaración en el Supremo EFE
Luis P. Arechederra

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Francesc Homs ha llegado este lunes ael Tribunal Supremo para ser juzgado por desobedecer al TC al «impulsar» la consulta ilegal del 9 de noviembre de 2014 , tras ser arropado por dirigentes políticos y ciudadanos en las calles de Madrid. El diputado del Partido Demócrata de Cataluña, la antigua Convergència, ha cruzado las puertas del Alto Tribunal veinte minutos antes de las diez, la hora prevista para el inicio de la vista oral. Su último gesto fue un apretón de manos y un abrazo con Artur Mas , el presidente de la Generalitat cuando se celebró la consulta ilegal por la que es juzgado Homs, quien también fue enjuiciado por estos hechos, en su caso en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC).

Antes de llegar al Tribunal Supremo, Homs recorrió varias calles de los alrededores acompañado por unos doscientos ciudadanos catalanes llegados desde Cataluña para arroparle. Entre ellos, destacados políticos soberanistas como Artur Mas, Neus Munté, Gabriel Rufián y Raül Romeva , quienes se colocaron en primera fila en el momento en que Homs se despedía de los manifestantes, muchos llegados desde Cataluña en autobuses fletados por Òmnium y la ANC. Los gritos de «Independencia» y «Todos somos Homs» despidieron al antiguo Consejero de Presidencia de la Generalitat. Este breve recorrido comenzó en la plaza del Rey, en el barrio de Chueca, donde los soberanistas colocaron una urna gigante, que unos voluntarios circularan por las calles de Madrid. Algunos vecinos protestaron por su presencia.

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De este modo, los independentistas trasladan la presión sobre la Justicia de Barcelona a Madrid. La causa del 9-N es la misma por la que hace dos semanas se juzgó a Artur Mas y las exconsejeras Irene Rigau y Joana Ortega en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. El Supremo tiene la competencia para juzgar a Homs por su condición de aforado, una garantía que le corresponde por ser diputado del Partido Demócrata de Cataluña, la antigua Convergència.

Siete magistrados del Supremo (dos más de lo habitual) resolverán si Homs delinquió al «impulsar» la consulta soberanista del 9-N, en la que la Generalitat planteó un referéndum encubierto por la independencia de Cataluña, a sabiendas de que desobedecía al Tribunal Constitucional. La Fiscalía acusa al diputado del PDECat de «impulsar activamente los trabajos preparatorios» para la celebración de dicha consulta. El Ministerio Público, que pide para él 9 años de inhabilitación para cargo público, califica de «crucial» la participación de Homs.

Ninguno de los dos delitos que la Fiscalía atribuye a Homs –prevaricación y desobediencia grave- acarrea penas de prisión, como sí sucede con el delito de malversación, que estuvo sobre la mesa al inicio de la investigación al antiguo Consejero de Presidencia de la Generalitat. Según el Ministerio Público, Homs no solo no frenó la preparación de la consulta ilegal, sino que la potenció.

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El diputado convergente, entonces el máximo responsable de los servicios jurídicos de la Generalitat, dio luz verde a la continuación de los trabajos informáticos necesarios para celebrar el 9-N , incluso a pesar de que la empresa encargada de ello preguntó si debía seguir adelante tras la suspensión del TC. El departamento dirigido por Homs también contrató la campaña publicitaria y un pabellón para que su ubicara la prensa internacional para seguir la jornada.

Los actos y las omisiones de Homs, concluye la Fiscalía, provocaron «la total ineficiencia» de la suspensión dictada por el TC , que comunicó a la Generalitat y a su entonces presidente, Artur Mas, su decisión por cauces oficiales y por correo.

En su escrito de defensa, el antiguo consejero de la Generalitat invocó los derechos fundamentales a la participación y las libertades de expresión e ideológicas. Cuando declaró como imputado, Homs argumentó que era «imposible» cumplir el mandato del TC –la obligación de impedir la consulta- por su falta de concreción.

En la vista oral, que se celebrará desde hoy hasta el miércoles, también declarará Mas, ya juzgado por estos hechos en el TSJC, esta vez como testigo. Su testimonio está previsto para la última hora del martes por la tarde. No testificarán ni Mariano Rajoy ni el ministro de Justicia Rafael Catalá , como solicitó la defensa de Homs. El tribunal rechazó su comparecencia porque «la valoración política de los hechos asumida por los miembros del Gobierno de la nación no forma parte del proceso».

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Conscientes de que las causas judiciales contra sus líderes son ahora el mayor aglutinador del soberanismo , el PDECat y el resto de partidos y entidades secesionistas han tratado de reproducir en Madrid, aunque a una escala menor, la movilización que ante el Palacio de Justicia se produjo en Barcelona en el inicio del juicio por el 9-N. Una manifestación de libertad de expresión para el soberanismo; una inadmisible presión, «escrache» a los jueces, según los partidos constitucionalistas y las principales asociaciones judiciales.

Homs ha llegado al Supremo arropado por el propio Mas, junto a una nutrida representación de dirigentes y cargos del partido. No se encontraba el presidente Carles Puigdemont, pero sí la consejera portavoz Neus Munté, junto a una decena larga de consejeros, congresistas, senadores y diputados.

También han acudido representantes de ERC y de En Comú Podem , así como de las organizaciones secesionistas Òmnium y la ANC. Estos últimos han fletado autobuses para, al precio de 20 euros, llevar manifestantes a las puertas del Supremo, unas concentraciones que por la tarde se realizarán también ante las delegaciones del Gobierno en las cuatro capitales de provincia catalanas.

El juicio a Homs en el TS prosigue una escalada judicial que el soberanismo pretende que sea un elemento movilizador de sus bases, en un «crescendo» que proseguirá a corto plazo con el juicio a Carme Forcadell en el TSJC por permitir en el Parlamento catalán la votación de la «hoja de ruta» soberanista.

Precisamente, los casos judiciales y la posibilidad de que concluyan en inhabilitaciones podrían ser el pretexto para que el independentismo convoque para antes del verano el referéndum de independencia , sobre el papel previsto para finales de septiembre. Fuentes soberanistas citadas por Efe recordaron que hace pocas semanas el presidente Puigdemont dio la orden de que toda la logística estuviese lista para finales de mayo , de modo que, en un momento dado, se pudiese llegar a votar el 28 de ese mes.

Antes, el propio Puigdemont, falta por ver el formato, reclamaría formalmente al Gobierno pactar la consulta. Frente a este escenario, alentado principalmente desde la CUP, otros sectores independentistas y del Govern abogan por no precipitar los acontecimientos y llevar la consulta, o al menos el intento de celebrarla, a otoño, según lo previsto.

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