Curri Valenzuela - Chispas
Sin voz y sin proyectos
A buena parte de los ministros de Mariano Rajoy no les gusta haberse quedado sin la mejor plataforma para explicar que siguen trabajando en culminar proyectos que, ellos creen, han servido para sacar a España de la crisis: sus comparecencias en el Parlamento.
Ninguno lo dice en público, aunque en privado es normal escuchar las quejas de que La Moncloa se está dejando guiar por informes jurídicos propios de abogados del Estado en vez de afrontar la actual situación de vacío de poder con criterios políticos. Trasladado a lenguaje de la calle: que Rajoy ha confiado su actuación a esos informes salidos del despacho de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría que primero le recomendaron negarse a la petición del Rey de tratar de ser investido y ahora están tratando de evitar que el Gobierno se someta al control parlamentario.
Entre una cosa y la otra, se lamentan algunos, el Ejecutivo y el partido que le sustenta se han quedado sin capacidad de mantener la iniciativa política, cedida a los otros partidos, que se aún se siguen comportando como si estuvieran en la oposición. En el caso de la negativa a dejarse controlar, los ministros han perdido las tribunas del Congreso y el Senado, siempre en formato favorables para el compareciente, que les permitiría explicar que aunque se encuentran en funciones España sigue estando dirigida, a su modo de ver, por políticos competentes que continúan efectuando una labor eficaz.
Porque los ministros siguen participando en sus comisiones de Bruselas y trabajando en sus despachos, bastante tienen con administrar los Presupuestos Generales del Estado del 2016 que dejaron aprobados antes de disolverse la anterior Legislatura, aunque sin más altavoz ya que una rueda de prensa para explicar por qué Fátima Báñez ha duplicado las ofertas de empleo público, Cristóbal Montoro ha extendido puentes de entendimiento económico con la Generalitat catalana o José Manuel García-Margallo acaba de concluir una gira por Centroamérica. «Lo único que no podemos hacer es tomar decisiones hacia el futuro, pero podríamos explicar mejor que seguimos en la brecha», dice uno de ellos.
Información de la situación política y de los planes de su presidente sí tienen todos. La costumbre habitual en los consejos de ministros de los últimos cuatro años ha sido la de que, después de despachar los asuntos de trámite, Rajoy cerraba la sesión con una larga explicación del panorama político y la estrategia a seguir por él mismo y por el PP, a la que nunca le respondía nadie. Ahora que no se debaten proyectos de ley, casi todo el tiempo se dedica a la política general. El secreto debido impide que ningún ministro dé cuenta de lo que se dicen unos y otros. Pero tampoco ninguno desmiente que haya tensiones entre ellos.
