Los partidos políticos en España se creen fuera del objetivo de la ciberguerra rusa

En año preelectoral, el hackeo y las acciones de intoxicación masivas parecen no preocupar

Incluso las compañías que más invierten en seguridad informática, como Sony, han sido infiltradas Efe

L. L. CARO

Cuando los hackers penetraron en 2017 los sistemas del partido En Marche! de Emmanuel Macron, el equipo del entonces candidato a la Presidencia de Francia ya había creado para ellos varias docenas de cuentas de email falsas, repletas de documentos simulados mezclados con otros auténticos, incluso algunos con metadatos exclusivos de software rusos. Incluyeron presupuestos, correos internos y personales, informes fiscales, facturas... algunos verdaderos, la mayoría rutinarios y sin interés, muchos inventados. En total, nueve gigas de información, suficiente para volver locos a los intrusos. Cuando quisieron iniciar la filtración masiva de lo robado faltaba solo una hora para el fin de la campaña y En Marche! había avisado ya a los medios del ciberataque, además de conseguir una orden de la autoridad electoral que prohibía publicar o compartir en redes lo sustraído.

Los titulares que aseguraban haber descubierto planes secretos de Macron para la islamización de Europa o le acusaban de prácticas incestuosas quedaron relegados a webs marginales y el objetivo de la injerencia –proporcionar con sus revelaciones munición al Frente Nacional, con opciones reales de victoria–, neutralizado. Esa estrategia de éxito mostró que puede ponerse límites a las operaciones maliciosas de propaganda que combinan robo de información con intoxicaciones informativa para interferir en procesos políticos.

Ataques por adelantado

En España, en año preelectoral, los partidos no parecen sin embargo demasiado preocupados por estas ofensivas deslegitimadoras ni tienen especial inquietud por la vulnerabilidad de sus sistemas ante ataques de este tipo, que después de en EE.UU han planeado sobre comicios celebrados en Europa a beneficio de partidos populistas, como en Alemania u Holanda, por no hablar de la injerencia exterior en la crisis Cataluña...

«No es que los hackers vayan a atacar a los partidos justo antes de las elecciones, no tienen por qué esperar... igual ya están todos comprometidos y no se dan cuenta , ni lo harán hasta que les empiecen a hacer daño», explica José Luis Corrons, director técnico de PandaLabs, para quien, si las organizaciones políticas no están adoptando medidas, es «por que no lo ven... o no lo quieren reconocer». Y recuerda que no cabe fiarlo todo a un supuesto blindaje, por que no existe y que hasta compañías como Sony o la petrolera Saudí Aramco, con sus multimillonarias inversiones en seguridad, han sufrido incursiones «brutales».

¿Se preparan nuestro partidos para esta amenaza? . Uno de ellos, el PSOE, no contesta. Ferraz aceptó inicialmente hacerlo aunque después rehusó argumentando que se trata de «un tema delicado». La respuesta de Ciudadanos, a través de su coordinador nacional de prensa, Aitor Sagarduy,  es una expresión de fe en la fortaleza de sus herramientas técnicas. «Trabajamos con una seguridad informática importante. A día de hoy no hay nada inusual ni se ha establecido un dispositivo extraordinario frente a un ciberataque. No sé si se desarrollará de cara a las elecciones, queda mucho», indicó. Preguntados por si hay una reacción prevista ante el caso de que su presidente y presumible candidato, Albert Rivera, –líder de las últimas encuestas– sea víctima de una campaña de noticas falsas, Cs indica que hoy mandan «un comunicado o se llama» a los medios que hayan publicado contenidos inexactos. No alude a las redes sociales.

La óptica más elaborada sobre el alcance de una ofensiva de intoxicación la encontramos en el PP. Su vicesecretario general de Comunicación, Pablo Casado, reorienta la dimensión de estas acciones subrayando que no hace falta buscar en Rusia o Venezuela, sino que «las fake news en España son Podemos y los independentistas» a los que acusa de ser «los mayores tergiversadores, capaces de retorcer e inventar para dañar tu reputación y convertir la política en una ciénaga». Ante ello, la regla del partido es no recurrir «ni a granjas de bots ni a usuarios falsos» para contraatacar –«estamos en contra de eso», zanja Casado–, difundir por redes contenidos proactivos y segmentados según canales. De cara a la campaña, el PP cree necesario un «acuerdo para que los medios no se hagan eco de las noticias falsas y un pacto ético por el que los propios partidos no las utilicen» en contra del adversario.

Sobre el riesgo de hackeo, tranquilidad. Indica el vicesecretario que ya han frenado intentos y que sus equipos no alojan ninguna información que pudiera interesar a atacantes de esa naturaleza. «Para que algo no salga, lo mejor es no tenerlo» , zanja Pablo Casado.

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