González Peeters

Así es el abogado que llamó «idiota» a Gallardón

El letrado de Diego Torres volvió a dar muestras de su peculiar carácter al insultar al exministro de Justicia

El abogado de Diego Torres, Manuel González Peeters, durante el juicio del caso Nóos EFE

JOSEP MARIA AGUILÓ

En una de sus primeras intervenciones en el juicio del caso Nóos , el abogado Manuel González Peeters se definió a sí mismo como «heterodoxo procesal», afirmación que en un principio pudo parecer quizás algo exagerada, pero que con el tiempo se ha acabado demostrando bastante ajustada a la realidad , e incluso tal vez algo insuficiente.

Para ser precisos y rigurosos, debemos recordar que en aquella ocasión el abogado de Diego Torres se había definido inicialmente como «heterodoxo sexual», provocando la sonrisa de casi todos los asistentes a la vista oral. «Bueno, es un lapsus línguae, esas cosas pasan», señaló González Peeters, riéndose también él mismo. Sin duda, esas cosan pasan, aunque normalmente no en un juicio. En defensa del letrado hay que reconocer, no obstante, que en este proceso están pasando muchas cosas que uno no había visto hasta ahora en ninguna otra causa judicial .

Según la Real Academia, un heterodoxo es, en su tercera acepción, alguien «disconforme con hábitos o prácticas generalmente admitidos». Parece una definición pensada para personas como González Peeters. Una de las peculiaridades de este letrado es, por ejemplo, que nunca se refiere a sus compañeros con el tratamiento de «ilustre». Sin duda, es algo llamativo, pues incluso la abogada de Manos Limpias, Virginia López Negrete , suele dar ese tratamiento al fiscal Anticorrupción, Pedro Horrach . Y viceversa, claro.

Descalificaciones personales

Ser heterodoxo no sería en principio algo preocupante o malo, siempre y cuando esa singularidad no vaya más allá, por ejemplo acompañada de descalificaciones personales a quienes se considera ortodoxos en mayor o menor medida. Eso es lo que ocurrió en la jornada de ayer, cuando el abogado de Torres llamó «idiota» al exalcalde de Madrid , Alberto Ruiz Gallardón, creyendo que nadie le escuchaba en ese momento.

No es la primera vez, por cierto, que el letrado utiliza ese calificativo o algún término sinónimo para referirse a algún testigo. La diferencia es que ayer aquella expresión sí quedó grabada. Ese es el problema de hablar delante de un micrófono cuando uno cree que está cerrado , como podrían corroborar algunos de nuestros más egregios representantes políticos pasados, presentes o futuros.

Es una lástima esa puntual tendencia de González Peeters a la descalificación o a una cierta agresividad verbal, como le ha reprochado ya en varias ocasiones la presidenta del tribunal, Samantha Romero . Seguramente, el abogado de Torres ha sido la persona que hasta el momento se ha llevado más reprimendas por ese motivo a lo largo de la vista oral. Aun así, también ha sido González Peeters quien con su fina ironía y con sus comentarios autoparódicos más ha hecho reír al tribunal y a las distintas partes, casi todas también con su punto de singularidad o de heterodoxia.

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