Jaime Gonzalez
Esta fotografía tiene trampa
La Guardia Civil es referente de entrega, honor y sacrificio, mientras que la CUP está más cerca de la excrecencia política que otra cosa
Si hiciéramos una encuesta sobre la credibilidad y grado de confianza que le merecen a los españoles la Guardia Civil y la CUP, la inmensa mayoría pensaría que la pregunta es estúpida y la comparación odiosa. En efecto, hay cuestiones tan evidentes que, por respeto a la inteligencia, no merecen ser sometidas a la opinión general.
La CUP convocó ayer en Barcelona una concentración en protesta por los interrogatorios llevados a cabo por la Benemérita dentro de la investigación judicial del referéndum ilegal anunciado para el próximo 1 de octubre. Acudió un centenar de personas, en su mayoría cargos de la cosa. Es verdad que la cosa -la CUP- tiene la sartén del soberanismo por el mango, pero eso es porque en Cataluña las cosas que pasan han permitido que la cosa se haya venido arriba pese a ser muy poquita cosa.
Enfrente del centenar de personas que acudió a la convocatoria de la cosa había otro centenar de personas, entre las que se encontraban miembros de Falange y de la ultraderechista Democracia Nacional, que salió en defensa de la Guardia Civil con consignas contrarias a la cosa, pero que también eran muy poquita cosa. Al final, el retrato que queda de las dos manifestaciones de Barcelona es que los partidarios de la Guardia Civil y los partidarios de la cosa -la CUP- no sumaban más de cien por cada lado. Empate. Esta aparente -pero falsa- igualdad será convenientemente subrayada -ya lo verán-por quienes, sin llegar a los niveles de la cosa, no desperdiciarán la oportunidad de manipular la realidad.
Si la Guardia Civil es la institución mejor valorada por los españoles, según todos los barómetros del CIS, y a los ciudadanos catalanes la Benemérita les inspira de largo más confianza que el mismísimo Gobierno de Cataluña, según el último sondeo de la propia Generalitat, ese cien contra cien de ayer no es ni por asomo el reflejo social de Cataluña. Por lo que cabe concluir -sin riesgo a equivocarse- que la fotografía que ilustra este breve comentario no se compadece con el estado de opinión general y encarna, en sí misma, todos los males de las comparaciones odiosas a las que me refería al principio.
La Guardia Civil es referente de entrega, honor y sacrificio, mientras que la cosa -la CUP- es sencillamente eso, una cosa que está más cerca de la excrecencia política que otra cosa. Así las cosas, entenderá el lector que no me haya resistido a la tentación de hacer de este breve comentario algo muy parecido a un pie de foto. Para aclarar las cosas y alertar de que la imagen de arriba tiene trampa.
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