La Ejecutiva de Ciudadanos en Valladolid dimite por discrepancias con la dirección
El equipo de Rivera lo achaca al descontento por la expulsión del antiguo portavoz, Jesús Presencio, que en agosto fue pillado triplicando la tasa de alcoholemia al volante
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Ciudadanos se queda sin dirección en Valladolid despúes de que su Ejecutiva presentase ayer su dimisión en bloque. Lo hacía, en cualquier caso, de un modo que la dirección del partido definió como «sorprendente»: mediante un correo electrónico de uno de los vocales de la Junta Directiva en el que anunciaba la dimisión de todos sus integrantes.
«Lo normal es que todos firmasen en ese documento. Nos pondremos en contacto con ellos», señala el secretario de Organización nacional, Fran Hervías, antes de dar validez a esta dimisión. Hervías achaca la decisión a que «no están conformes con la expulsión de Jesús Presencio (antiguo candidato a la alcaldía)», señala.
Sin embargo, los motivos que se aluden en ese correo y que se traslada desde el entorno de Presencio es un decontento «general» con la dirección del partido . Un descontento que les lleva a criticar incluso a Albert Rivera, hasta ahora cortafuegos en las críticas internas. No gusta entre estos críticos la reiterada presencia de Rivera, que crren que traslada una imagen de excesivo personalismo que condiciona toda la estrategia mediática del partido.
Una crítica que también se extiende a su mano derecha, José Manuel Villegas, del que vienen a decir que controla en sus manos todo el poder del partido. Añaden que la Ejecutiva, la secretaría de Organización y el Comité de Garantías tienen un comportamiento «confuso» y que no se ha hecho ningún esfuerzo en construir estructuras nacionales del partido.
El pasado 12 de noviembre Ciudadanos confirmaba la expulsión de Jesús Presencio, quien fuera su candidato a la alcaldía en las pasadas elecciones municipales. Tomaban esta decisión después de que el edil fuese cazado por la Policía con una tasa de 0,8 miligramos de alcohol por litro de aire espirado , más del triple de lo permitido (0,25) y superior a los 0,6 a partir de los cuales se considera delito. A medidados de septiembre Presencio admitió sus actos y acepto una multa de 2.000 euros y diez meses sin permiso de conducir.
Tras hacerse públicos los hechos, Presencio dejó la portavocía del grupo, pero persistió en su intención de mantener el acta de concejal. La dirección nacional del partido le dio de plazo hasta principios del mes de noviembre para que renunciase a su acta de concejal. Y solo al no hacerlo la dirección tomó la decisión de expulsarlo.