Convergència ha seguido pidiendo el tres por ciento tras la consulta del 9-N

Empresarios catalanes aseguran a ABC que CDC se ha convertido en un «yonki de las comisiones: las necesitan porque sin ellas no llegarían a fin de mes»

Artur Mas, en el Parlamento catalán EFE

JAVIER CHICOTE

Empresarios catalanes confirman a ABC que desde Convergència les han seguido pidiendo comisiones en plena deriva soberanista y pese a los distintos sumarios que investigan o han investigado las cuentas del partido de Artur Mas .

Según las fuentes consultadas, la petición del tres por ciento y de otras aportaciones se ha realizado al menos hasta justo antes de la segunda fase de la operación Petrum , que tuvo lugar a finales de agosto por orden de un juzgado de El Vendrell (Tarragona). La tercera, la efectuada la pasada semana, se ha saldado con la detención del tesorero de CDC y de la fundación CatDem, Andreu Viloca , el extesorero Daniel Osácar , el director general de Infraestructuras de la Generalitat, Josep Antoni Rosell , y siete empresarios, entre otros.

«Se han convertido en “yonkis” de las comisiones, las necesitan del mismo modo que el drogadicto necesita su droga»

«Han seguido pidiendo dinero hasta anteayer» , dice de forma gráfica un directivo de una constructora catalana. «Aunque este asunto está en los juzgados y en la opinión pública, el partido no puede prescindir de las comisiones porque tienen que pagar muchas nóminas y muchos gastos, no llegarían a fin de mes sin los pagos de las empresas», sostienen las mismas fuentes, que exigen el anonimato por motivos obvios. «Se han convertido en “yonkis” de las comisiones, las necesitan del mismo modo que el drogadicto necesita su droga, porque son ya más de 30 años funcionando de la misma manera», sostiene uno de los directivos consultados.

Convergència Democrática de Cataluña tuvo un presupuesto oficial de 7,5 millones de euros en 2013 , último ejercicio contable fiscalizado. Los empresarios no están dispuestos a revelar detalles de las comisiones abonadas, lo que no aparece en la contabilidad oficial, sabedores de que pueden haber cometido varios delitos al «pasar por el aro».

«Es el sistema, funciona así, la comisión es una partida contable más»

Además, denunciar equivale a dejar de trabajar en Cataluña. Las empresas investigadas en la ofensiva policial y judicial contra el tres por ciento se ven como «víctimas» de las normas no escritas de contratación pública en Cataluña. «Si quieres trabajar en obra pública, hay que pagar a Convergència. Si no tragas, igual tienes que despedir a 500 o mil empleados o cerrar la empresa», dice otro. «Es el sistema, funciona así, la comisión es una partida contable más, y seguirá hasta que no se solucione de una vez la financiación de partidos», aseguran.

También técnicos

Un directivo de una sociedad investigada matiza que «en algunos municipios de Convergència han cogido miedo, pero ya han aparecido técnicos pidiendo algo a cambio de las obras, sustituyendo a los políticos».

Varios empresarios han ofrecido detallada información sobre el pago de comisiones a los agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (Udef) de la Policía Nacional, pero ninguno de ellos está dispuesto a sostenerlo ante un juez porque tendrían que autoinculparse en el pago de cohechos .

«Son ya más de 30 años funcionando de la misma manera»

El secreto a voces del cobro de comisiones lo puso sobre la mesa el 24 de febrero de 2005 el entonces «president» Pasquall Maragall . «Ustedes tienen un problema y se llama tres por ciento», le espetó en el Parlamento catalán a Artur Mas. Después vino la investigación del Palau de la Música, donde se ha acreditado que CDC cobró a Ferrovial por adjudicarle las obras de la Ciudad de la Justicia y de la Línea 9 del Metro de Barcelona, a la que sucedieron los casos de la familia Pujol.

Pese a estos hechos, el sistémico tres por ciento ha seguido vigente, en paralelo a la deriva soberanista de Artur Mas, escenificada en la consulta separatista del 9 de noviembre de 2014 .

El presidente de la Generalitat reaccionó a la última operación contra la trama corrupta tildándola de «sobreactuada y exagerada» por parte del Estado. «Que Convergència y yo somos objeto de caza mayor es muy evidente», dijo el pasado jueves en su comparecencia en el Parlamento catalán.

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