El cadáver encontrado en el río de Amberes el 11 de febrero es el de Hodei Egiluz
El joven, natural de la localidad vizcaína de Galdácano, desapareció el 19 de octubre de 2013, cuando tenía 23 años
Fin a la terrible incertidumbre que ha vivido la familia de Hodei Egiluz Díaz. Fuentes del Ayuntamiento de Galdácano (Vizcaya), del que era natural el joven, han confirmado a ABC, a través de autoridades belgas, que el cadáver encontrado en el río Escalda de Amberes el pasado 11 de febrero es el de Hodei , que desapareció el 19 de octubre de 2013, cuando tenía 23 años. Resta, sin embargo, por determinarse en qué circunstancias se produjo su muerte.
« Queremos respuestas. Solicitamos el esclarecimiento de las causas de su muerte y seguimos pidiendo la colaboración de las autoridades belgas para aclarar las circunstancias que rodean su desaparición», ha indicado este mediodía el padre de Hodei, Pablo Egiluz, durante una rueda de prensa en el Ayuntamiento de Amberes, acompañado de su mujer Koro Díaz, donde han explicado que les atraviesa un inmenso dolor tras confirmarse que el cuerpo hallado en el Escalda es el de su hijo.
Después de confesar que «es muy duro e imposible de describir con palabras» sus sentimientos ante el trance que viven en estos momentos , ha admitido que «en su fuero interno», siempre mantuvieron la esperanza de que su hijo «apareciese vivo para regresar a casa». « Cada día que pasaba se nos hacía más difícil creerlo, pero nunca renunciamos a ello . Ahora que sabemos que es Hodei, reiteramos la necesidad de hallar respuestas y luz a aquella noche del 19 de octubre de 2013», ha insistido.
El progenitor ha reclamado una vez más el «apoyo de las instituciones belgas» para que se esclarezca la muerte de Hodei y ha expresado su agradecimiento «más sincero» a quienes les han apoyado y acompañado desde que dejaron de tener noticias de su hijo. « Sin cada uno de vosotros y vosotras, sin vuestro apoyo incansable, no hubiésemos llegado hasta aquí . Gracias de todo corazón, eskerrik asko», ha expresado.
Durante la sesión de control que se celebra en el Parlamento vasco, el lendakari Iñigo Urkullu ha mostrado sus «condolencias» y su «solidaridad» a la familia del Hodei, y también ha ofrecido el «acompañamiento» del Gobierno vasco en el duelo por su fallecimiento. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha hecho llegar un telegrama a la familia, según informaron a Efe fuentes de su departamento, que añaden que ha mantenido estos días contacto permanente con los allegados del joven y también con su homólogo en Bélgica, el ministro Jan Jambon.
«La insoportable incertidumbre que rodea el destino de Hodei ha tenido un dramático final», indicó en un comunicado el alcalde de Amberes Bart De Wever. «Siempre estará asociado con nuestra ciudad y será un símbolo para todos los que aún están desaparecidos. Estoy seguro de que muchos ciudadanos de Amberes guardarán recuerdos especiales, igual que yo, sobre la cálida solidaridad, sostenida e intensa que mostró el pueblo vasco en este caso. En Amberes, Hodei siempre será recordado », añadió el regidor.
La misma ropa
Finalmente se confirmaron los presagios que se habían comenzado a perfilar cuando hace una semana la familia de Egiluz recibió aviso de la Fiscalía de Amberes de que había sido localizado un cadáver en el río Escalda, en una zona de muelles, y les preguntaron por la ropa que llevaba el chico en el momento de su desaparición. Esto disparó todas las alarmas, aunque no era la primera vez que la familia recibía una notificación en este sentido. Por otra parte, las autoridades de la ciudad belga mantienen abiertos más casos de personas desaparecidas en el río en los últimso años.
Los padres de Hodei emprendieron viaje esta semana junto a la delegada del Gobierno vasco para la Unión Europea, Marta Marín, y el alcalde de Galdácano, Ibón Uribe. El viaje, junto a allegados de otros cinco niños y jóvenes desaparecidos, estaba fijado de antemano para acudir a la presentación pública de un proyecto de la ONG «Child focus» para la búsqueda de menores en paradero desconocido, pero coincidió con el hallazgo del cadáver.
En ese punto, la familia decidió permanecer en Bélgica a la espera de que avanzaran las lentas tareas de identificación de ADN . El estado del cuerpo dificultó considerablemente las labores de los responsables de obtener el ADN y cotejarlo con las muestras de las que disponían. Estaba previsto que se conocieran los resultados a finales de esta semana, y así ha sido. Este viernes se ha confirmado: el cuerpo encontrado en el de Escalda es el de Hodei.
Incógnitas
El hallazgo del cadáver de Hodei puede suponer un avance sustancial a la hora de esclarecer las circunstancias en las que se produjo su muerte, que siguen siendo una incógnita cuando ya han transcurrido dos años y medio. Desapareció, como consta en la web dedicada por su familia a una búsqueda hasta hoy infructuosa, pero en la que jamás tiraron la toalla, a las 4.24 horas del 19 de octubre de 2013, tras ser atracado hasta en dos ocasiones esa noche.
Egiluz, titulado en Ingeniería Informática, llevaba trabajando siete meses en la ciudad belga , donde había conseguido un contrato en una empresa local. Aquella trágica noche había salido con unos amigos. Tras despedirse de uno de ellos puso rumbo a su casa, a la que nunca llegó.
El pasado mes de octubre la Fiscalía de Amberes informaba del cierre de la investigación del caso y pedía al tribunal de esa ciudad que juzgara a los cuatro sospechosos de haber participado en dos asaltos al joven. Hasta cinco personas fueron detenidas por estar en posesión de objetos personales de Hodei.
Emotiva carta de su madre
El pasado mes de octubre, al cumplirse dos años de la desaparición del joven, su madre, Koro Díaz, publicaba en Facebook una emotiva carta en la que se dirigía directamente a su hijo: « El camino está siendo muy complicado, lleno de piedras, pero RESISTE, TE ENCONTRARÉ!!! Algún día esas piedras se harán polvo, allanarán mi camino y por fin podremos abrazarnos», asegura Koro a su hijo desaparecido, convencida de que «el día que te encuentre será maravilloso».
« Ese día llegará, no sé cuándo pero llegará », insistía la madre, que solo esperaba «que la pena y el dolor no nos consuma y sigamos teniendo fuerzas para luchar por nuestro reencuentro». Y se despedía en euskera: «Zure zain. Maite zaitut. Ama» («Esperando por ti. Te quiero. Mamá»).
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