A Rajoy no le preocupa Aznar, sino Sánchez

El personaje que mas preocupa a Mariano Rajoy después de las elecciones catalanas no es Artur Mas , al que da por amortizado, ni Albert Rivera, al que va a seguir ignorando, ni José María Aznar, aunque que este se empeñe en poner chinitas en su camino hacia la reelección. Con sus cinco sentidos puestos en la campaña de las generales, al presidente de Gobierno reconvertido en candidato del PP le da miedo Pedro Sánchez . Necesita ganarle por ocho puntos de diferencia al menos para evitar una alianza del socialista no ya con Podemos, sino con Ciudadanos, que le desaloje de La Moncloa.

No hay un dirigente del PP que no ande criticando por lo bajo pero muy duramente al presidente de honor por el comunicado que emitió el lunes una hora antes de que Rajoy reuniera a su Ejecutiva en la que él tiene un asiento que no ocupó. Y los que han estado mas cerca de Aznar, más condenan su inoportunidad. Aznaristas, peperos nuevos, barones y miembros del Gobierno son conscientes de sobra de que llevan dos años cosechando batacazos en las urnas, pero a ninguno se le ocurriría criticar la marcha del partido cuando está a punto de librarse la madre de todas las elecciones . Así que su reacción inmediata ha sido la de tratar al exlíder como cualquier familia a un abuelo cascarrabias: ignorándole.

Nadie habló de Aznar en la Ejecutiva del lunes. En realidad nadie habló de nada además de Xavi Albiol, María Dolores de Cospedal y Rajoy, aunque este abrió turno de oradores después de los tres discursos, tres ocasiones que los presentes rechazaron. Después de tantas comparecencias públicas en actos electorales y en medios de comunicación, el PP ha enmudecido. Aún está digiriendo los malos resultados y el sorpasso de Ciudadanos que les complica su campaña de las generales, pero nadie quiere meter la pata. Menos aún, actuar como Aznar. Todos estuvieron pendientes de tomar nota de los mensajes que quería trasmitirles Rajoy porque es su candidato y porque ahora comienza la lucha interna por las listas electorales y a ver quién es el guapo que se atreve a desmarcarse de la dirección. Y lo que su presidente les dijo es que el PP tiene que dedicarse a la confrontación con el PSOE, su verdadero enemigo. De Ciudadanos no habló. Los presentes sacaron la impresión de que considera a Rivera más un socio que un adversario . Con permiso de Sánchez, claro.