anécdotas históricas del congreso
El «despiste» de votar hasta lo que no existe
De cómo un grupo de diputados apoyaron en un debate del Congreso textos inexistentes
Corría el año de 1932. Mes de marzo. Las Cortes Constituyentes de la República debatían el proyecto de ley del divorcio . Según cuenta Luis Carandell en «Se abre la sesión», había un auténtico aluvión de enmiendas y votos particulares al articulado de la ley, razón por la cual el presidente, Julián Besteiro , habló con la persuasión necesaria como para convencer a sus señorías de que retiraran todas aquellas proposiciones.
Entonces, optó por preguntar a la Cámara si se aprobaba o no cada uno de los artículos. Y así lo fue apuntando: «¿Se aprueba el artículo 60?» «¿Se aprueba el artículo 61?». Y así, hasta el artículo 67. Los señores diputados contestaron en todos los casos afirmativamente.
Pero a veces, incluso en los debates más encendidos, las largas horas de permanencia en la Cámara, escuchando larguísimos discursos y disquisiciones, llevan a sus señorías a desconectar , o a responder casi por inercia, mientras sus cabezas están en otros asuntos. Lo que podría haber ocurrido en este caso, a juzgar por lo que ocurrió después de que se diera el sí a todos los artículos de la ley. Besteiro dijo: «Acabamos de aprobar los artículos 65, 66 y 67 de este proyecto de ley. Pero es el caso que no tiene más que 64 artículos, por lo tanto es preciso anular las tres últimas votaciones».
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