España logra un rotundo éxito diplomático al aplacar toda propaganda secesionista

Los líderes de EE. UU. y los principales países europeos apuestan por la unidad frente al secesionismo de Mas

España logra un rotundo éxito diplomático al aplacar toda propaganda secesionista CASA S. M. EL REY

LUIS AYLLÓN

La ofensiva diplomática desplegada por el Gobierno para frenar los movimientos independentistas de Artur Mas ha dado sus mejores frutos en las últimas semanas, con el respaldo que los principales líderes mundiales están ofreciendo a una España unida.

Las claras manifestaciones en apoyo de esa unidad han llegado de la canciller alemana, Angela Merkel ; el primer ministro británico, David Cameron ; o el presidente de Estados Unidos, Barack Obama . Éste ha hecho especial hincapié en contar con una España «fuerte» , que viene a ser lo mismo que pedir una España estable, como hace meses apuntaba el presidente francés, François Hollande.

La situación parece diferente a la de hace un par de años, cuando la respuesta de muchos de los gobernantes europeos a las preguntas sobre una posible independencia de Cataluña solía limitarse a señalar que se trataba de un asunto interno de España .

Cartas sin respuesta

El presidente de la Generalitat tuvo ocasión ya a comienzos de 2104 de ver como la inmensa mayoría de los jefes de Gobierno de los países de la UE ni siquiera respondían a la carta que les envió tratando de recabar apoyos para una consulta soberanista. Todos son conscientes de que cualquier palabra que pueda ser interpretada como un aliento a las aspiraciones independentistas de Cataluña obtendrían una inmediata respuesta por parte del Gobierno español, como ocurrió cuando el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo convocó a los embajadores de Letonia y Lituania en Madrid, tras unas declaraciones de sus primeros ministros que fueron interpretadas como un apoyo al derecho de autodeterminación de Cataluña.

Los embajadores de España en el extranjero y, particularmente los que lo son en países de la UE, tienen instrucciones del ministro de salir al paso de las pretensiones independentistas y saben que deben contrarrestar cualquier iniciativa que vaya en contra de la unidad de España.

Así sucedió, por ejemplo, hace unos meses, cuando el embajador de España en Bélgica, Ignacio Matellanes, tuvo que personarse en la entrevista que Mas pretendía mantener con el viceprimer ministro belga, Kris Peeters, miembro destacado del Partido Nacionalista Flamenco, sin haberlo comunicado antes al Gobierno español, como establece la Ley de Acción y del Servicio Exterior del Estado.

Los independentistas han centrado buena parte de sus esfuerzos en Europa, con la intención de buscar apoyos para que, una vez alcanzado su objetivo Cataluña siga formando parte de la UE. De hecho, ya han dado el nombre de «representante permanente ante la UE » a su delegado en Bruselas, una denominación que está reservada solo a los Estados, por lo que el Gobierno español lo ha recurrido.

Las maniobras de Artur Mas, sin embargo, están obteniendo escaso éxito. En abril del pasado año, el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker , advertía en ABC de que «los que creen que Europa aceptaría, sin más, a una Cataluña independiente, se equivocan profundamente ». Y pocos meses después, en julio, recordaba al eurodiputado de Esquerra Republicana Josep María Terrricabras que «uno no se convierte en miembro de la UE mandando una carta».

Cinco congresistas

Tampoco en Estados Unidos, ha cosechado buenos resultados Artur Mas. Hace escasas fechas, su Gobierno presentó como un gran éxito que cinco congresistas recibieran al secretario de Asuntos Exteriores de la Generalitat, Roger Albinyana, y que uno de ellos, el presidente el presidente del Subcomité para Asuntos Europeos de la Cámara de Representantes, Dana Rohrabacher, dijera que todo el mundo tiene derecho a decidir y que no veía « ninguna razón por la que la gente de Cataluña no puede tomar su propia decisión sobre si quieren o no formar parte de España».

Al tiempo que la Embajada en Washington se movilizaba para hacer llegar a los congresistas la posición del Gobierno español, García-Margallo ironizaba en Barcelona , calificando de «abrumador» el respaldo de « la mayoría del 1,1 por ciento » de la Cámara a las tesis independentistas.

La ofensiva diplomática española se mantiene en plena campaña de las autonómicas de Cataluña y tendrá un momento importante con ocasión de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, a finales de este mes. Esa cita, en la que estarán el Rey y el ministro de Exteriores, sirve tradicionalmente para mantener numerosos encuentros bilaterales con líderes de otros países, y, en algunos de ellos, se suscitará la cuestión catalana, que España, actual miembro del Consejo de Seguridad, también quiere dejar clara en el ámbito de Naciones Unidas.

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