la hora de implicarse
La sociedad española se posiciona ante el plebiscito de Mas
ABC cede su página web a la opinión pública para que se exprese con claridad sobre el desafío separatista
El pasado viernes, Artur Mas cometió un lapsus que define lo que está pasando en Cataluña. En su demostrado afán por dividir la sociedad catalana en dos, se refirió al colectivo que se opone a la secesión como «castellanos». Le pasó dos veces, y aunque en ambas ocasiones rectificó de inmediato, el lapsus revela que en su forma de pensar catalanes auténticos solo hay unos. Obviamente, los que forman parte de este grupo son los que piensan como él . [ La sociedad opina: ¿Es partidario de una Cataluña independiente? ]
Más allá de retratar al político, esta anécdota revela que el desafío soberanista ha conseguido fracturar en dos la sociedad catalana. Pero hay un factor que conviene no soslayar: declararse no independentista en Cataluña es muy difícil, casi una heroicidad. Tras dos largos años de arreón independentista, la división ya no sólo está en el Parlament, sino que ha calado a todos los ámbitos de la vida de los ciudadanos: oficinas, amistades, vecindarios y, lo que es más grave, familias. Sin embargo, hay una parte que permanece callada . También en España.
El órdago secesionista impulsado desde la Generalitat de Cataluña supone un ataque directo al exitoso proyecto de convivencia llamado España. Si llegara algún día a consumarse, todos los españoles, y especialmente los catalanes, se verán afectados. Por tanto, en este otoño de 2015, todos los españoles, y especialmente todos los catalanes, estamos concernidos .
Cada día, en este periódico el lector encuentra los argumentos de la clase política y todo tipo de análisis sobre las causas y las probables consecuencias de un desafío que nace en la política pero que de consumarse trascendería a todos los ámbitos de la vida. Si Cataluña llegara a ser independiente de España -y de la Unión Europea- ya nada sería igual , diga lo que diga el presidente de la Generalitat en su afán por vender las bondades y obviar los perjuicios de la independencia.
En su centenaria historia, la línea editorial de ABC ha defendido siempre la unidad de España. Los argumentos que el lector encuentra cada día en nuestras páginas sobre la comprometida defensa de esta convicción se apoyan en sólidos pilares asentados en nuestra propia historia. Ni Cataluña es Cataluña sin España, ni España es España sin Cataluña.
Sin embargo, en ese relato diario de los motivos por los que España debe continuar unida se echan en falta muchas voces. Las de todas aquellos que hoy y ahora forman parte de España y que tienen una opinión que merece ser escuchada. Hay momentos en los que los ciudadanos -especialmente aquellos que son un referente para la sociedad- deben dar un paso al frente . Posicionarse, tomar partido, mojarse en la defensa del proyecto común. Es la hora de que los españoles -también los catalanes- expresen su parecer. Es el momento de que las élites políticas, culturales, sociales, deportivas… se pronuncien públicamente sobre un desafío político de enormes dimensiones. Es momento de que los españoles puedan pronunciarse para defender sus convicciones a través de la palabra.
Cuando quedan tres semanas para las elecciones autonómicas catalanas del 27-S, ABC pone su página web al servicio de la opinión pública con el objetivo de ampliar el debate y trasladarlo a todos los ámbitos de la socieda d. Nuevas voces que incorporan nuevos argumentos, a favor y en contra. La pregunta es muy directa: ¿es usted partidario de una Cataluña independiente?. Una pregunta que se hace extensiva a todos los ciudadanos que quieran ofrecer sus argumentos y que pueden enviar sus relexiones a participacion@abc.es. Es la hora de que la sociedad española se exprese con la madurez propia de una sociedad avanzada.
Es la hora de incorporar nuevas perspectivas a los argumentos exclusivamente políticos. Filósofos, catedráticos, políticos, juristas, académicos, empresarios, deportistas, artistas… en las siguientes páginas puede usted leer qué opinan caras conocidas y firmas relevantes. No todos coinciden con la línea editorial de este periódico, entre cuyos fundamentos ideológicos, siguiendo la tradición liberal, está también el respeto al discrepante.
Entre la extensa bibliografía del escritor austriaco de principios del siglo pasado Stefan Zweig, hay una obra que destaca por la brillantez de su planteamiento: «Momentos estelares de la Humanidad». Con la fluidez de su prosa, relató catorce instantes en los que alguien tomó una decisión valiente que cambió el curso de la Historia. Desde Cicerón hasta la caída de Constantinopla, pasando por el descubrimiento del Océano Pacífico, Zweig nos traslada la vital trascendencia que en el curso de la historia han tenido decisiones concretas tomadas por personas individuales.
Salvando la dimensión histórica de los acontecimientos narrados en ese libro, España afronta en estos meses un desafío que aspira a cambiar la natural evolución de nuestro proyecto común . No se trata de reproducir un nuevo caso Dreyfus, cuando el escritor Emile Zola publicó un artículo titulado «Yo acuso» con el que movilizó a toda la sociedad francesa en contra de un antisemitismo creciente. Es algo más sencillo: que el silencio no permita a nadie, sea quien sea, adoptar decisiones que no responden al sentimiento de la mayoría.
Es éste, pues, un momento estelar -recurriendo a la terminología de Zweig- para que cada uno de los españoles dé un paso al frente. Primero quienes ocupan posiciones de influencia social. Es la hora de posicionarse esgrimiendo argumentos racionales y huyendo de un debate que por intereses se disputa en al ámbito de los sentimientos. Es la hora de que quienes guían a esta sociedad se pronuncien. Es la hora de hablar.
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