anécdotas históricas del congreso
Maura y la buena memoria de los políticos
El político conservador no eludía las discusiones ni olvidaba los agravios de los adversarios políticos
Un político ni olvida ni perdona. Así lo reflejan multitud de anécdotas, que señalan cómo sus señorías se quedan con determinadas frases o expresiones y terminan devolviéndoles el golpe, semanas, meses o incluso años después, a sus adversarios políticos. Así se refleja en esta anécdota, recogida por Luis Carandell («Se abre la sesión», editorial Planeta): Antonio Maura , ex presidente del gobierno y uno de los estadistas más reputados de la España de principios del siglo XX, se dirigió al entonces jefe del gobierno, José Canalejas , y agitando el faldón de la levita, exclamó:«Nos llega hasta aquí el polvo de vuestra conducta. Y yo me levanto para sacudírmelo».
Un gesto muy teatral , sin duda, que debió impactar a la concurrencia. Sólo así se explica que, varios años después, cuando Maura formó un gobierno de concentración con algunos de los hombres a los que tan duramente había condenado, uno de ellos le interpelara en la Cámara a propósito de un conflicto de los harineros de Bilbao . Y aludiendo al famoso gesto del jefe conservador, le dijo: «Y ahora su señoría no puede sacudirse el polvo de la levita, porque tiene a su lado a los polvoreros. Cuide que no se le llene de harina».
Claro que la buena memoria circulaba en ambos sentidos:este mismo Antonio Maura fue objeto de una dura campaña en la que los liberales, al grito de «¡Maura, no!» , le criticaron con toda crudeza. Tiempo después, y por los azares que son tan habituales en política, un presidente liberal tendió la mano a Maura, sugiriéndole un acercamiento y que formara parte del gobierno que estaba a punto de constituirse. Maura, certero y directo, le respondió: «¿Que yo ocupe este banco? ¡Se me enrojecerían las posaderas si me decidiera a sentarme en semejante sitio!».
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