El amigo rumano de Morate: «En mi casa no entra ningún asesino»

Istvan Horvath , acusado de complicidad por alojar a Sergio Morate en un apartamento de Lugoj (Rumanía) donde en la tarde del jueves fue detenido junto al supuesto autor del doble crimen de Cuenca, ha asegurado este lunes que fue cómplice en ningún momento y que nunca alojaría a un asesino en su casa.

Tras celebrarse a petición de la Fiscalía de Lugoj un careo entre Horvath y Morate , el amigo del supuesto asesino de Laura y Marina , ha dicho a los periodistas que no tiene nada que ver con el doble crimen. «En el cara a cara ha reconocido que yo no tenía nada que ver», ha señalado.

Horvath, que está en libertad con cargos después de ser detenido en la tarde del jueves, ha alegado que no tenía conocimiento de lo que hizo Morate antes de llegar a su casa . «Si no sé nada de él, qué voy a denunciar», ha respondido al preguntarle por qué no avisió a la Policía.

« En mi casa no entra ningún asesino. Ni aunque fuera mi hermano. No intentaría esconderlo ». ha dicho. Horvath se ha dirigido a los «amigos de Cuenca» para aclararles que él no tuvo «que ver con nadie». «No estaba escondiendo a nadie. No soy culpable. Que pague Sergio por lo suyo», ha añadido.

Según su amigo rumano, en el careo de hoy Morate no habló sobre el crimen del que se le acusa y solo hizo declaraciones sobre la posible complicidad de Horvath. «Él me pidió perdón el primer día (por lo sucedido), pero hoy no me dijo nada. Estoy en (libertad) condicional y una tontería me podría joder la vida. Confío en ser inocente, voy a seguir trabajando y a seguir con mi vida», ha selañado el joven rumano.

Preguntado por una posible confesión de Morate, quien le habría dicho «la cagué», Horvath señaló que no le preguntó nada más sobre este asunto, «porque (Sergio) siempre la caga». Ante el pasado violento de Morate hacia las mujeres, el rumano manifestó: «No tolero la violencia contra la mujer, no aguanto ver a un hombre maltratando a una mujer».

Esta mañana, al entrar Morate en la Fiscalía, esposado, con la cabeza agachada y acompañado de las fuerzas especiales, el presunto asesino se negó a responder a las insistentes preguntas de los numerosos periodistas que le aguardaban.