Las razones y lagunas para creer o no la razón de Fernández Díaz para ver a Rato
El ministro del Interior asegura que recibió en el Ministerio a Rodrigo Rato por las amenazas que reciben él y su familia
5 razones para creer en el ministro
1. Contradicciones
Aunque el titular de Interior ha dicho que solo habló con Rato de su seguridad, el exvicepresidente le desmintió hace unos días revelando que habían tratado sobre su situación procesal. Esta cuestión extiende una sombra de duda sobre si el ministro reveló ayer todo lo que sucedió en la reunión del 29 de julio.
2. No exponerse
El ministro debería haber delegado un encuentro de estas características en personas especializadas en la protección de un exalto cargo. Alegar «proporcionalidad» por los cargos que Rato desempeñó en el pasado solo dio munición a la oposición para denunciar un trato desigual respecto al resto de ciudadanos.
3. El presidente
Es inexplicable no haber informado previamente al presidente del Gobierno de una visita tan sensible como la de Rato al ministro del Interior. Deja en mal lugar a ambos y ninguno de los partidos de la oposición le da credibilidad.
4. Sin denuncias
A pesar de que el ministro ha explicado que la entrevista con el exbanquero se produjo por las amenazas recibidas en su entorno, no consta que se hayan presentado denuncias al respecto en sede judicial o en comisaria, como sería lógico. Por tanto, esa sensación de inseguridad sería solo subjetiva.
5. La oposición
Es un error descalificar a toda la oposición por haber solicitado más información sobre un encuentro de gran relevancia con un imputado por delitos importantes. Máxime cuando esta polémica surge en un momento preelectoral y con las encuestas reflejando por primera vez un repunte del PP.
5 lagunas de la comparecencia de Fernández Díaz
1. Banalización
Aunque la izquierda no lo entienda, también sus adversarios políticos tienen derechos. Banalizar las amenazas recibidas por la familia Rato es propio de sociedades invertebradas que no asumen el valor sagrado de la vida. Por su notorieda, Rato necesita una protección especial.
2. Discreción
Es obvio que una visita al ministerio deja rastro y si el ministro hubiera querido verse con Rato a escondidas lo habría hecho en un reservado de Zalacaín, como Dios manda. Otra cosa muy distinta es que la investigación de las amenazas tiene que ser discreta y hay que carecer de cualquier empatía para no comprenderlo.
3. Escándalo
Nadie ha podido demostrar que en la reunión se trataran temas indebidos ni que el ministro se comprometiera a beneficiar fraudulentamente a Rato. Por lo demás, sólo en Corea del Norte se discute el derecho de reunión. Incluso desde su superioridad moral, los socialistas se tendrían que preguntarse si les pagamos para inventarse escándalos.
4. Cinismo
Puro cinismo que los representantes de Amaiur y de Convergència apelaran al escrupuloso cumplimiento de la Ley, ellos que sólo planean saltársela. Si yo hubiera sido Jorge Fernández me habría levantado en aquel mismo momento y me habría ido directo a tomar el aperitivo. Las bromas están bien, pero con un Martini.
5. Humanidad
Los políticos son personas y cuando les pedimos que actúen como si vivieran en un plano moral superior les estamos pidiendo que nos decepcionen. Que el ministro reciba a un viejo amigo para tratar sobre su seguridad no sólo no es indigno sino que debería tranquilizar a ciudadanos adultos y libres.
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