Carmona y sus afines desafían a Pedro Sánchez e impugnan el Congreso
Una veintena de delegados del PSOE-M se revuelven contra la candidata de Ferraz
El socialismo de Madrid se ha hecho añicos. El relevo de Antonio Miguel Carmona como portavoz en el Ayuntamiento de la capital, dos meses después de encabezar la lista socialista el 24-M y transcurridas solo 48 horas desde el Congreso extraordinario del PSOE-M, reabría las hostilidades camufladas tras una gestora impuesta por Pedro Sánchez , para acabar con el liderazgo de Tomás Gómez .
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Ni el mes de agosto ha conseguido dar tregua al enfrentamiento: ayer una veintena de delegados del último congreso se presentaron en la calle Ferraz, puerta con puerta con el despacho de Sánchez desocupado por las vacaciones, para impugnar ese cónclave por considerar que se habían conculcado todas las normas que rigen la vida interna del partido. Si se exceptúa la elección de la candidata oficial, la alcaldesa de Getafe, Sara Hernández , como secretaria general madrileña por un ajustado 57,7% de los apoyos, el resto de decisiones que se tomaron ese último día de julio son consideradas ilegales por uno de los bandos en que ha quedado fracturado el partido en Madrid, que amenaza con entrar en una dinámica de autodestrucción.
La sombra de Tomás Gómez
En concreto, se trata de la facción afín a Carmona; a Juan Segovia, el otro candidato a dirigir a los socialistas de la región que perdió con el 42,7% de papeletas, y cercana a Tomás Gómez, cuyo poder en Madrid sigue desafiando las decisiones de su enemigo, Pedro Sánchez. Aunque el exportavoz socialista en el Ayuntamiento negó ayer en conversación con ABC que « estuviera detrás de ese gesto » de desaprobación a la dirección federal, lo cierto es que comparte una por una las tres enmiendas de la impugnación, que alude a otros tantos actos jurídicos del Congreso. A saber: la delegación en la Ejecutiva de la reforma de los Estatutos, acto que solo corresponde al Congreso, según los demandantes; la modificación estatutaria sin texto previo; y la elección de 49 miembros del Comité Regional, cuando la norma marca que han de ser 70.
Es importante echar la vista atrás (al viernes 31 de julio) para entender el malestar de un grupo de socialistas, compartida por el portavoz defenestrado, de revolverse contra la nueva ejecutiva cercana a Pedro Sánchez que se impuso en el cónclave regional. Esa tarde, en la sede que UGT tiene en la Avenida de América, de Madrid, el Congreso acabó en bronca cuando se procedió a votar los nuevos Estatutos que planteaba Hernández y, por extensión, Sánchez. Los 433 delegados debían decidir sobre dos cuestiones: la denominación de esta fuerza, que pasaría a llamarse PSOE-M y abandonaría la nomenclatura de PSM; y, la clave más importante, la reducción del Comité Regional (un órgano nuclear de dirección) de 600 a 350 miembros (de los cuales en la reunión se eligieron a 49 integrantes).
La rebaja a casi la mitad suponía de facto que las pequeñas agrupaciones socialistas dejaban de tener presencia, menoscabando el poder de Juan Segovia, el parlamentario regional que disputaba el liderazgo a Hernández, y que está próximo a Tomás Gómez. Cuando se votó, hubo un registro insólito, teniendo en cuenta que solo estaban acreditados 476 delegados: los síes, noes y abstenciones sumaban 146 votos más de los autorizados . Hubo que desalojar la sala y volver a votar. El nuevo recuento sí hizo coincidir el número de electores con los votos depositados. Pero el escándalo fue mayúsculo y se atribuyó a que muchos invitados habían votado sin corresponderles.
Finalmente, los nuevos Estatutos defendidos por Sara Hernández, y avalados por el líder socialista, s alieron adelante por un exiguo 52% de apoyos frente al 40% de la oposición que encarnaban Segovia y Carmona. Ese cisma explica la impugnación de ayer, una nueva estación en la crisis interna del partido a la que las distintas ejecutivas socialistas de los últimos años no han sabido dar solución.
De hecho, muchos de los históricos de esta formación denuncian «l as continuas injerencias de Ferraz en la vida interna de una agrupación como la madrileña , que no tiene la autonomía de la que gozan otros territorios». Ese sentir se explica con varios ejemplos: desde el desembarco por decisión personal de José Luis Rodríguez Zapatero de Miguel Sebastián , amigo del expresidente, como candidato municipal en 2007 con un pésimo resultado que le impidió hasta recoger el acta, a la determinación de Pedro Sánchez de apartar en febrero de este mismo año al exregidor de Parla para colocar en la lista autonómica a una de sus personas de confianza, Ángel Gabilondo , hoy jefe de la oposición en la Asamblea de Madrid.
PSOE-M: «Resultado legítimo»
Ayer, una vez que la impugnación fue registrada, la Ejecutiva que dirige Sara Hernández respondió. Y lo hizo por boca de su número dos, el secretario de organización del PSOE-M, Enrique Rico , quien defendió los «resultados legítimos » del Congreso. Rico insistió en que las decisiones adoptadas por la Comisión Ejecutiva fueron «legítimas», al igual que las tomadas anteriormente por otras ejecutivas integradas por el exportavoz en el Ayuntamiento de Madrid, Antonio Miguel Carmona. «No nos vamos a distraer, estamos en mirar hacia fuera no hacia dentro», concluyó.