Xavier García Albiol, forjado a sí mismo como político

Granítico, tan perseverante como alto. Elegido como cabeza de cartel del PP en las próximas elecciones autonómicas, Xavier García Albiol (Badalona, 1967) ya no es para nada aquel «pipiolo» que con apenas 24 años se estrenó como único edil popular en su ciudad natal. En 1991, y con apenas dos años de militancia en la entonces Alianza Popular, García Albiol conseguía para los populares entrar por primera vez en el Consistorio de la tercera ciudad en población catalana . Sin mentor político, sin apenas equipo en el que apoyarse, García Albiol, como se dice, se forjó a sí mismo en la siempre desagradecida tarea de oposición municipal.

Quienes le trataron en esa época recuerdan cómo « transformó sus dudas y sus inseguridades iniciales en determinación ». Perseverante, voz en solitario de la derecha en un municipio dominado por la izquierda con mayorías aplastantes , fue creciendo como concejal poniendo el foco en realidades incómodas: la inseguridad, las dificultades de integración de los inmigrantes... Odiado por la izquierda, aclamado por los suyos, Albiol es hábil en lo comunicativo y no rehúye el cuerpo a cuerpo . También es un pragmático, como ha demostrado en su gestión como alcalde, menos estridente que sus campañas electorales. A las últimas se presentó con el lema «Limpiando Badalona», que él aseguró que se refería a la delincuencia y al incivismo. Sin complejos.

Con buena entrada a pie de calle, menos duro en las distancias cortas de lo que aparenta su físico imponente y su voz grave, Albiol responde a un perfil « melting pot » típicamente badalonés: su padre, de Vélez Rubio (Almería), conducía un camión de la brigada municipal; su madre, catalana, peluquera. Jugador de baloncesto en las categorías inferiores del Juventud, estudió Derecho, aunque no acabó la carrera. El virus de la política ya le había poseído. Padre de mellizos, García Albiol da el salto a la política autonómica en un momento clave , con el reto de evitar el desplome del PP y frenar el soberanismo.