Pablo Casado: «El problema de la izquierda no es la división, sino la radicalización»

La cara más joven de la cúpula del Partido Popular tiene claro que el nuevo PP debe acercarse más a la sociedad civil

Pablo Casado: «El problema de la izquierda no es la división, sino la radicalización» Maya Balanya

juan fernández-mirandA

Pablo Casado recibe a ABC en la mañana siguiente a su nombramiento como vicesecretario de Comunicación del PP . El éxito no cambia en nada su actitud cercana y afable, pero el cansancio salta a la vista. A su incesante actividad -más de 400 whatsapps aguardan respuesta en su móvil- se ha sumado la inoportuna otitis de su hija pequeña. La noche ha sido larga, pero el entusiasmo de este joven político de 34 años puede con todo.

-En las tres últimas citas electorales el PP ha ido a la baja, pero tras las europeas y las andaluzas su discurso varió muy poco. ¿Qué ha cambiado ahora?

-Vamos a intentar cambiar todo lo que podamos: volver a presentarnos con toda la humildad como el único partido que defiende la centralidad en España. En eso nos está ayudando el PSOE, que ya no es un partido moderado socioldemócrata. Pedro Sánchez, en contra de la opinón de Leguina, de González e incluso de Susana Díaz, se está dejando dar un abrazo del oso por parte de Podemos. Esa radicalidad es lo que nos ha dejado todo el centro. Por eso hablamos de volver a ser atractivos para todas las opciones de centro, incluso a aquellas que no se definen de centro-derecha.

-¿Es la división en la izquierda su principal aliado?

-Más que la división el problema ha sido la radicalización en la izquierda. En algunos ayuntamientos y comunidades el PSOE está siendo la muleta de un partido que Sánchez había definido como bolivariano, extremista, vendehumos... Esos mismos que según Sánchez venían a romper las instituciones y no merecían la confianza de los españoles ahora son su muleta o el PSOE se ha convertido en su muleta, como en el Ayuntamiento de Madrid. Más que la fragmentación es la radicalización de la izquierda. El centro-derecha liberal conservador sólo está ocupado ahora por el PP.

-¿Es Pedro Sánchez el mejor candidato del PSOE para España?

-Iba a decir que eso lo juzgarán sus militantes, pero ya sabemos que en el PSOE las primarias acaban cambiando la cerradura de alguna sede. Por cierto, vaya con el número de avales que se requieren en el PSOE, en el PP con cien firmas puedes optar a ser presidente del partido y por tanto candidato. A mí Sánchez me ha defraudado. Le he conocido en el trato parlamentario. Es economista como yo, hemos debatido muchas veces, y sinceramente me parece que está sobreactuando y que intenta tapar la fuga de votos hacia la extrema izquierda abandonando el centro. A nosotros nos parece estupendo, porque los que se han movido han sido ellos. El votante de centro se ha quedado huérfano.

-¿Cree que el PSOE es capaz de saltarse que tras las generales gobierne la lista más votada?

-Espero que no, porque sería la primera que eso ocurriera en nuestra historia democrática. Los pactos de perdedores son un engaño a los electores que propician legislaturas cortas, tremendamente ineficaces en la gestión e incluso dadas a la corrupción. Con esas alianzas contra natura en busca del poder por el poder acaban gobernando por su propia supervivienvia y se olvidan de la gente.

-¿Ves posible un Gobierno Pedro Sánchez-Pablo Iglesias?

-Espero que el PP tenga una mayoría suficiente para que eso no ocurra, salimos a ganar el partido. Al PSOE les va a costar mucho dentro de seis meses explicar a lo que han llevado sus apoyos de gobierno a las opciones radicales; en el Ayuntamiento de Madrid lo estamos viendo. Ya no es que sea gente sin una sola hora de vuelo, sin un solo euro público gestionado, sino que es gente radical y sectaria que quiere reescribir la historia de España y dar la vuelta como un calcetín a un sistema que está funcionando y que nos ha dado los años de mayor prosperidad de nuestra historia. Pero la cabra tira al monte: por mucho que dijeran que no pactarían entre ellos, la búsqueda del poder por el poder siempre lleva estas alianzas y a estos extraños compañeros de cama. Ya vemos cómo se les olvidan las promesas: los encuentros en reservados, la casta, el alcalde de Valencia fue en bici tres días... Es un engaño y muchos tendrán que explicarlo.

-¿Los cambios en el PP son una auténtica renovación?

-Si en una redacción de un periódico cambian el 80 por ciento de los jefes de sección, aunque no cambia el director o el subdirector hay un cambio sustancial. Pero Rajoy siempre hace cambios por adición. Tanto Javier Maroto como Fernando Martínez-Maillo, como Andrea Levy, van a aportar unas ideas y un trabajo esencial. La incorporación de Jorge Moragas es muy postiva porque va a garantizar una coordinación muy fluida entre el Gobierno y el partido y la permanencia de Cospedal es también muy positiva. La renovación es símbolo de mucho más: de ideas y de programas.

-¿La manida frase sobre la economía sería hoy «es la comunicación, estúpido»?

-La economía no es suficiente, pero es importantísima, y decir que no es importante en un país con cinco millones de parados sería no solo ruin, sino irresponsable. Sin una recuperación económica los resultados hubieran sido muy malos, como se está viendo en otros países, pero aquí el PP sigue a la cabeza, aunque no ha sido suficiente para gobernar en muchos sitios. No vamos a dejar de hablar de economía, pero no solo dando cifras, ya que son inapelables y objetivamente buenas, sino acordándonos de las personas a las que la recuperación aún no ha llegado.

-Con los datos económicos en la mano, ¿en qué ha errado el PP?

-Que en España se han creado 800.000 empleos es algo que nadie puede negar, pero sigue habiendo cuatro millones de parados. A esas personas hay que decirles: «Nos vamos a dejar la piel hasta que encontréis un empleo, y hasta que no podáis encontarlo vamos a potenciar la política social». A lo mejor no se estaba contando tanto como los resultados económicos positivos.

-¿Por qué el votante joven y urbano potencial del PP se refugia en C’s?

-Pues no lo sé . Lo que hay que preguntarse es cómo recuperar la confianza de esos jóvenes. Eso es fundamental. Los jóvenes han sido muy sensibles con la desafección con los casos de corrupción y con la crisis institucional: hay que decir que el sistema vale, hay que mejorarlo y el PP está dispuesto a hacerlo.

- ¿Es usted el antídoto contra C’s?

-No. En una orquesta lo importante es que la melodía suene bien, y yo soy un músico más. Lo importante es el director, y la batuta de Rajoy en mi opinión es la mejor.

-¿Ve positiva la apuesta de Ciudadanos por pactar con unos y otros?

-En términos generales apoyar a la lista más votada es una buena forma de facilitar la gobernabilidad. A nosotros nos gustaría que en Andalucía se hubiera sido más exigente, al mismo nivel que en Murcia o en Madrid: con los imputados y con la asunción de responsabilidades. Con Ciudadanos nos unen muchos puntos en común, sobre todo los fundamentales: la unidad de España y la defensa de la Constitución. Pero también hay discrepancias. Esperamos que la colaboración sea fructífera y por ahora lo que están pidiendo encuadra perfectamente con nuestro ideario.

-¿Que Zapata siga siendo concejal le parece razonable?

-La verdad es que no. Yo creo que hay que asumir responsabilidades con lo que uno hace o ha hecho, y sus declaraciones son absolutamente inaceptables. Tanto él como los otros concejales que se están haciendo tristemente famosos son incompatibles con una institución como el Ayuntamiento de Madrid. Y sobre todo la respuesta que han tenido: a mí me han falsificado un tuit con un supuesto chiste racista. Estoy muy preocupado con que Podemos esté gestionando algunas administraciones, y los españoles se van a dar cuenta de lo que quieren: Venezuela y Grecia.

-¿Se está disfrazando Podemos?

-Por mucho disfraz que se pongan, siguen con la casaca roja bolivariana y a mucha honra. No han sido capaces de condenar las detenciones irregulares en Venezuela y siguen enarbolando la bandera griega cuando el Gobierno de Syriza ha sido un auténtico fracaso.

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