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Soraya Sáenz de Santamaría, la única vicepresidenta

Rajoy esperaba que Dolores de Cospedal aceptara hace unos días el cargo de vicepresidenta segunda

Soraya Sáenz de Santamaría, la única vicepresidenta jaime garcía

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No fue un desliz de Mariano Rajoy , el presidente no se equivoca en esas cosas, el de referirse el otro día a Soraya Sáenz de Santamaría como «la vicepresidenta primera». Cuando lo dijo hace unos días aún mantenía la esperanza de que María Dolores de Cospedal aceptara el cargo de vicepresidenta segunda. La crisis original planeada por el presidente para dar un impulso al Gobierno y al PP pasaba por intercambiar cargos entre el Ejecutivo y el partido y remodelar por completo las áreas de comunicación tanto en Moncloa como en Génova. Hasta que se encontró con la negativa rotunda de quien hasta la fecha ha sido su mano derecha.

Cuentan en el Gobierno que mientras que Cospedal aceptó rodearse de caras nuevas e incluso sugirió los nombres de algunas de las de los vicesecretarios recién designados, Sáenz de Santamaría se plantó ante el presidente para impedir que su poder se viera disminuido con el nombramiento de un portavoz del Gobierno.

Ni siquiera aceptaba que este fuera el actual ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, uno de los miembros del Gabinete denominados «los Sorayos» por su lealtad a la vicepresidenta y como oposición al gran bloque del G-8 en el que se incluyen los más veteranos y más amigos de Mariano Rajoy. Cospedal, que convenció al presidente de que este no es buen momento para incorporarse al Gobierno, al término de la legislatura y cuando quiere dirigir la oposición a García Page en Castilla-La Mancha, se ha guardado sus opciones de desempeñar un buen cargo en el posible gabinete de Rajoy después de la también posible victoria electoral de éste en noviembre. Nadie sabe, sin embargo, hasta qué punto han quedado deterioradas las relaciones entre el presidente y su número dos.

«No doy un duro por alguien que le desafía tan abiertamente», dice un ministro. «No será para tanto –reacciona otro–: Soraya es Rajoy» . Las relacione entre ambos ya quedaron aparentemente dañadas a raíz de la detención de Rodrigo Rato, tras lo que aparecieron diversas informaciones que aseguraban que el presidente había dejado de hablar a la «vice».

La tirantez entre ésta y los ministros que componen el G-8 han ido en aumento conforme ha transcurrido la legislatura, algo que tiene una lógica justificación por el gran poder acumulado por Sáenz de Santamaría. Nunca hasta llegar a ella ha existido un Gobierno en la España democrática con un solo vicepresidente, a lo que la actual añade los cargos de ministra de Presidencia y Portavoz del Gobierno. Las quejas de la mayor parte de los ministros sobre ese exceso de poder se han centrado en su control sobre los medios de comunicación .

Son varios y poderosos l os miembros del Gabinete que se quejan de que esas cadenas de televisión que se dedican a denostarles de forma áspera y mordaz jamás critican a Sáenz de Santamaría. También Cospedal se confiesa en privado muy harta de los ataques que atribuye a la vicepresidenta a través de titulares en los medios de comunicación que le son más afines.

En sus recientes conversaciones con ministros y dirigentes del PP para organizar la crisis, el presidente ha escuchado suficientes quejas como para poner coto a tanto poder en el campo de la comunicación. Lo que nadie, ni quizás él menos aún, esperaba es que la mujer que siempre le ha sido tan fiel le impidiera llevar a cabo los cambios que creía necesarios para ganar sus elecciones.

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