Alto riesgo de fractura de UPyD en su congreso del 11 de julio

Eduardo Tamayo fue un desertor del PSOE que en 2003 impidió que su partido llegara al poder en Madrid entregándoselo al PP a través de una operación de traición comandada por José Luis Balbás. «Renovadores UPyD» es el nombre de la corriente encabezada por Irene Lozano , diputada de UPyD que en julio competirá por liderar la formación, lo que supone un alto riesgo de fractura en el seno del partido magenta.

Ambos enunciados son imprescindibles para interpretar el alcance de un tuit colgado por Rosa Díez en su cuenta: «Dicen que puede haber otro “tamayazo” en marcha. Los “renovadores por la base” de Balbás también querían “salvar el partido”; y lo vendieron».

Finalmente dicho «tamayazo» no se produjo en el Ayuntamiento de Madrid este sábado, sin embargo el mensaje de la cofundadora, presidenta y portavoz de UPyD no pasó desapercibido. Tampoco su contenido envenenado, que ha puesto en alerta a la candidatura alternativa, donde cunden las sospechas de que Díaz y su entorno están confeccionando un congreso a la medida para garantizar un relevo sin sorpresas en la persona de Andrés Herzog , el portavoz adjunto y abogado del partido.

Queda un mes para el cónclave y la tensión entre los fieles a la líder y los díscolos anuncia tormenta. El entorno de Lozano transmite preocupaciones: aún no saben qué formato tendrá el congreso, ni quién votará en él, ni si habrá debate o no, ni los plazos. Andan con todas las precauciones, no sea que la dirección quiera buscar excusas para invalidarles ante la particular «democracia interna» de UPyD. «Están viendo que la candidatura de Irene tiene fuerza y ya hay un poco de miedo», sugieren. La cúpula de la formación ha explicado a este diario que el congreso aún no se ha definido, y por lo tanto no hay nada aprobado.