Grupos y partidos de izquierda piden a Podemos confluencia para las generales
Movimientos nacidos tras el 15-M critican que el partido se «atribuya un trabajo colectivo» e insisten a Pablo Iglesias en que «por sí solo no puede ni debe representar todo»
Los pasados comicios dejaron una lectura que en Podemos no gusta: los dos mayores éxitos del partido liderado por Pablo Iglesias no fueron para su marca . La formación no se presentaba con sus siglas a las elecciones municipales, y es en ellas donde las candidaturas de unidad popular de las que formaba parte o que ha secundado tuvieron los mejores resultados.
Los buenos datos de Ahora Madrid o Barcelona en Comú han vuelto a poner en entredicho la estrategia electoral marcada por el secretario de Acción Política, Íñigo Errejón, y la responsable de Análisis, Carolina Bescansa, secundada por el propio Iglesias. La hoja de ruta diseñada en la asamblea constituyente de Vistalegre el pasado octubre especificaba que el partido concurriría a las elecciones generales «con la marca y herramienta Podemos al frente».
Si ya antes de las elecciones, el sector crítico de Podemos tenía presente las duras críticas que Juan Carlos Monedero, el ex número tres de la formación, profirió contra la «pérdida de frescura» del partido, que empezaba a «parecerse» a la casta que combatía, esa «frescura» parece haber sido reconocida por los votantes en estas candidaturas populares y dentro de parte de las bases del partido lo consideran la constatación de que el modelo de Errejón y Bescansa ha perdido.
Casi una semana ha tardado el partido en hacer balance de los comicios. El viernes, los candidatos autonómicos se reunieron con la cúpula para valorar resultados y diseñar estrategias. El sábado lo hacía el Consejo Ciudadano, el máximo órgano de dirección del partido. La secretaría política elaboraba un documento interno en el que se pretendía dejar «claras» las cifras de los resultados entre Podemos y las candidaturas de unidad popular . «Podemos ha estado presente en veintiséis de las cincuenta capitales de provincia. De entre todas ellas, únicamente las plataformas de protagonismo ciudadano de Madrid, Burgos, Alicante, Guadalajara y Zaragoza han obtenido un mejor resultado que Podemos al presentarse este de forma independiente». Una declaración de intenciones que pretendía poner freno a las voces que pedían «tomar nota» de los resultados electorales. «Entendemos que a algunos les resulta sumamente útil ubicarnos en una posición de debilidad o estancamiento, donde pareciera que nuestra marca afeara al conjunto», reza el documento, que a continuación advierte: «La alternativa al bipartidismo es Podemos».
Cuidado con que los aparatos ideológicos y mediáticos nos encierren a hablar de los que ya somos y sus sumas. La clave son los que faltan— Íñigo Errejón (@ierrejon) junio 1, 2015
«No debemos cerrarnos a ninguna propuesta»
Ahora, no sólo sectores internos del partido han pasado a pedir una apertura hacia la convergencia, si no que movimientos nacidos tras el 15-M, como Xnet, han elaborado una «carta abierta» en la que critican que Podemos se «atribuya un trabajo colectivo» e insisten a Pablo Iglesias en que «por sí solo no puede ni debe representar todo»
«Nos preocupan las declaraciones de Pablo Iglesias en estos días intentando atribuir a ellos solos una victoria que es un trabajo colectivo. Manuela Carmena y toda la ciudadanía que ha levantado Ahora Madrid son solo en una pequeña parte Podemos», advertían.
Además, critica la actitud que Podemos ha tenido hasta ahora con los grupos organizados de la sociedad civil, «a los que ha pedido insistentemente unirse a sus filas y diluirse en ellas». «Podemos por sí solo no puede ni debe representar Todo. Seguir intentándolo puede ser su fracaso», lanzan a Pablo Iglesias.
«Pensamos que si Podemos quiere ser realmente un instrumento de la voluntad popular, del espiritu del 15M, debería alegrarse del éxito de otras», continúa. También recuerda que el «grupo fundador ha estado en muy poca medida en el 15M y no ha compartido sus ideas fundacionales», aunque ahora se empeñe en situar sus raíces en el movimiento indignado.
El movimiento Anticapitalistas —antes Izquierda Anticapitalista, desaparecida como partido político para integrarse en Podemos y al que pertenecían Miguel Urbán, Teresa Rodríguez o Luis Alegre—, también publicaba un documento en su web en el que pedía que se abriera «una reflexión colectiva acerca de las estrategias electorales de cara a las próximas citas». Añadía: «La unidad popular puede, en los próximos meses, convertirse en algo más que un lema» y advertía a Podemos: «No debemos cerrarnos a ninguna propuesta. Lo importante, ante todo, no son los actores políticos sino el objetivo final: construir y organizar una herramienta política capaz de mandar al basurero de la historia a los representantes de las élites económicas y la corrupción».
Desde Izquierda Unida, arrasada en los comicios por Podemos, ven en la confluencia la mejor salida . El candidato a La Moncloa, Alberto Garzón, volvió a proponer este lunes el modelo de Madrid para la unidad popular e insistió a Podemos en que sólo con su marca no superó el 14% en las autonómicas. «La idea de la 'unidad popular soy yo' fue desastrosa», advierte, evocando el fracaso del PCE en los años 30, hasta que cristalizó el Frente Popular.
En un artículo publicado en su blog, Garzón insistió en la unidad popular para «transformar la sociedad» y apeló a la necesidad de «superar el patriotismo de siglas». Sin embargo, ya respondió el secretario general de Podemos en la rueda de prensa en la que el pasado jueves valoraba los resultados electorales: «El cambio no son acuerdos de partidos ni balsas de salvamento para nadie».
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