La verdad
«Me sorprende que se esté dando por hecho que los madrileños quieren a Carmena como alcalde»
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Joseph Goebbels, ese monstruo de la maldad y genio de la agitación política que fue el ministro de Propaganda de Hitler, nos dejó una norma de comunicación que ha sido usada con mucho éxito por todas las dictaduras y que se ha convertido en un arma utilísima para todos los totalitarios. Es una frase que parece cínica pero que demuestra un profundo conocimiento de cómo se puede cambiar la percepción de la realidad que tienen los ciudadanos: «Una mentira mil veces repetida se convierte en una verdad indiscutible»
Lo que pasa pocas veces es que una verdad, mil veces repetida, acabe convirtiéndose en una mentira o, al menos, en algo que los ciudadanos no perciben como una verdad indiscutible.
Y tengo la impresión de que algo de esto está pasando en relación con los resultados de las Elecciones Municipales de Madrid .
Unas elecciones que ganó la lista del Partido Popular, que tuve el honor y la responsabilidad de encabezar, con 563.292 votos. Esto significa que 563.292 madrileños, el 34,55% de los que fueron a votar, se decantaron por nuestra opción. A pesar de los errores que pude cometer en la campaña, a pesar del cansancio que los ciudadanos pueden tener después de 24 años del Partido Popular en el Ayuntamiento y a pesar de los errores que los dirigentes del partido hayamos podido cometer.
Esos 563.292 madrileños con su voto han apoyado una opción constitucionalista, liberal, que quiere un Madrid cada vez más libre, con menos intervención de los políticos en la vida de los ciudadanos, un Madrid más abierto, donde quieran venir a invertir, a trabajar, a crear riqueza, a crear empleo, a descansar y a saborear toda la cultura que nuestra ciudad encierra, ciudadanos de todo el mundo, un Madrid cada vez más amable, donde la ideología política de cada madrileño no sea motivo para excluir a nadie y, mucho menos, para odiarle o para acosarle en su domicilio.
Eso es lo que votaron los que votaron al Partido Popular. Y pueden estar seguros de que no están solos. Para empezar, ellos constituyen el grupo más amplio de ciudadanos madrileños. Y, además, también pueden estar seguros de que los que componemos el Grupo Municipal Popular, conscientes de representarles a ellos, vamos a defender esos principios y esos valores con que nos presentamos y por los que nos votaron.
Nuestra candidatura obtuvo 44.000 votos más que la que encabezaba Manuela Carmena y un 2,7 puntos porcentuales más.
Esta es la verdad, Manuela Carmena perdió en su confrontación conmigo, que, por lo visto, fui la razón fundamental que la movió a presentarse a estas elecciones.
Por cierto que, dado que unas elecciones tienen siempre algo de competición deportiva, me sorprendió, y me sigue sorprendiendo, que la señora Carmena, que hace ostentación de buenos modales con todo el mundo, aún no me haya felicitado por mi victoria electoral, como sí hizo, educada y deportivamente, la noche del mismo domingo Antonio Miguel Carmona, el candidato socialista.
Y mucho más me sorprende que se esté dando por hecho, como un dogma indiscutible, que los madrileños quieren a Manuela Carmena como alcaldesa.
Si lo es, lo será por el apoyo de los socialistas. Y aquí no hay más remedio que analizar qué han podido ver los socialistas en la candidatura de Podemos para estar dispuestos a otorgarle ese apoyo.
Porque, hasta ayer mismo, los socialistas eran las bestias negras de Podemos, que los acusaban de ser «casta», que, en el lenguaje de Podemos, significa ser lo peor. Los de Podemos pensaban que los socialistas eran uno de los pilares de la España Constitucional, en lo que tienen -o tenían- toda la razón. Y, dado que el objetivo último de Pablo Iglesias es cambiar radicalmente el régimen constitucional, era lógico que criticaran y denigraran sin piedad a todos los que, como los socialistas, los populares y los de Ciudadanos, defendemos la Constitución.
Los criticados y denigrados socialistas por parte de Podemos pueden dar la Alcaldía de Madrid a Manuela Carmena, que ha tenido un buen resultado electoral, pero que no ha sido la preferida de los madrileños.
Allá la responsabilidad de los socialistas. Ellos sabrán lo que hacen, pero que no digan que son fieles intérpretes de la voluntad popular. Además, no hace falta que insista en que la suma de los votos de Ciudadanos, Partido Socialista y Partido Popular doblan a los conseguidos por la señora Carmena. Lo que indica que la inmensa mayoría de los madrileños no está por los cambios radicales que Podemos propugna. Porque si los votantes socialistas hubieran querido esos cambios radicales, nadie les ha impedido votar a Carmena, y, sin embargo, prefirieron votar una opción constitucionalista como es el PSOE.
Puede que lo que más una a Podemos y socialistas sea su aversión a mí personalmente. Quizás sea lo único que les une. En ese sentido, y si yo soy el obstáculo para que Madrid tenga un Alcalde de acuerdo con lo que ha votado la mayoría de los madrileños, ya he dicho claramente que nunca lo seré.
Esperanza Aguirre es concejal electa de Madrid y presidenta del PP madrileño
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