El riesgo de ser funcionario
Las oficinas de empleo registran al menos un caso al día de amenazas y agresiones físicas. Los empleados de prisiones han sido agredidos más de dos mil veces en los últimos ocho años
Trabajar de cara al público es complicado y no siempre agradecido. Cuando se trata de dar buenas noticias, el que está detrás del mostrador ya puede tener un mal día, que aun así no encontrará una mala cara de vuelta. Cuando no puede conceder a su interlocutor lo que le ha pedido, la cosa se complica. Y las malas caras no son todo. Lo peor son las discusiones que pueden acabar hasta con contacto físico. El sindicato de funcionarios, CSIF, denuncia que las oficinas de la Administración sufren al menos un caso diario de amenazas y agresiones físicas .
Son más de 13 millones las personas, funcionarias, que trabajan de cara al público. En las oficinas de empleo se producen llamadas a la Policía prácticamente a diario . En estas se registra al menos un caso de amenazas y agresiones físicas sobre los empleados una vez al día. En 2014 un total de 357 casos en 12 ministerios, de los cuales un 11 por ciento corresponden a violencia física.
Pero el porcentaje ha aumentado en el primer trimestre de 2015 , con la entrada en vigor de la nueva prestación por desempleo. Hasta 121 comunicaciones por incidente que, desde el sindicato achacan a la implantación de la nueva prestación por desempleo y la frustración que genera en muchas personas su denegación.
Las principales causas de estas agresiones –que se producen más en mujeres que en hombres– son la denegación de solicitudes de prestaciones o subsidios, desacuerdo con la información recibida, petición de documentación, solicitud de certificados o carecer de cita previa. Todo esto se acaba volviendo en contra del funcionario, que es el punto de unión entre la Administración y los ciudadanos.
Consecuencias
Algunos empleados sufren ansiedad, nerviosismo, angustia, tensión arterial, temor o miedo a represalias e incluso menosprecio por el trabajo que realizan a diario.
Pero es en las prisiones españolas donde se registran los índices más altos de agresiones a funcionarios . Una tendencia que ha ido en aumento año tras año. Por ejemplo, en 2007 se tiene constancia de 227 agresiones, que en 2014 ya suman 370. En la actualidad, la media de ocupación de cada módulo en prisión es de 150 internos, de los que se ocupa uno o dos funcionarios.
En la actualidad hay 3.400 plazas vacantes entre bajas vegetativas (jubilaciones, excedencias, defunciones....). El 38 por ciento de los funcionarios tienen más de 50 años y uno de cada tres está a punto de jubilarse. Datos que no ayudan a la imagen o a que se respete más a los trabajadores del Estado.
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