Pedro Sánchez inicia sin Díaz su periplo andaluz para arrebatar poder local al PP

Por más que Pedro Sánchez ofreciera a Susana Díaz un pacto de no agresión hace dos meses , en plena campaña andaluza, nada hace indicar que la tensión entre los dos más importantes dirigentes del PSOE se haya rebajado; más bien al contrario. La pérdida de iniciativa que le están suponiendo a Díaz los sucesivos fracasos en sus intentos de investidura han diluido su arrolladora iniciativa. Y es ese escenario el que Sánchez está aprovechando en tanto que protagonista inevitable de los pactos en toda España después de las elecciones autonómicas y municipales del 24 de mayo. El líder socialista inició este miércoles en Granada un periplo por Andalucía que le va a llevar a visitar casi todas sus provincias esta semana y la siguiente; especialmente aquellas donde mediante pactos con Podemos y Ciudadanos quiere arrebatar al PP diputaciones y, sobre todo capitales.

Este miércoles, mientras Susana Díaz visitaba un barrio de Huelva capital alegando un compromiso previo, él paseó por las calles de Granada y asistió a un almuerzo con jóvenes empresarios. Por la tarde, ofreció un mitin en Jaén, y ella seguía en Huelva. Este jueves, la historia se vuelve a repetir porque, cuando el secretario general esté visitando Cádiz, por la mañana, la presidenta andaluza en funciones estará sometiéndose a una nueva votación frustrada del Parlamento para ser investida presidenta; y, por la tarde, cuando Sánchez ande por Málaga, la líder de los socialistas andaluces estará a más de mil kilómetros, en la localidad asturiana de Avilés para apoyar la reelección el 24-M del presidente autonómico, Javier Fernández en un acto político.

Pedro Sánchez, no obstante, está decidido ir a la suya; y la suya es que sabe que en la noche del 24 de mayo el PP va a intentar exhibir músculo como primera fuerza y su objetivo es, al margen de las tensiones internas, contraponer a esa «foto» una en la que el PSOE tenga múltiples opciones en toda España de volver a los gobiernos locales y autonómicos. Esto puede suceder, más si cabe, en las diputaciones andaluzas -porque el campo sigue siendole esquivo al PP- que en las grandes ciudades. Sin embargo, los socialistas no renuncian a arrebatar a los populares Sevilla y Huelva capital -quizás Málaga- y dos de las seis diputaciones que el PP obtuvo en 2011, Córdoba y Cádiz. Esto último va a depender de que los ayuntamientos medianos vuelvan a votar PSOE-A.

Antes de viajar para Jaén, el líder de los socialistas echó un capote a Díaz en Granada al instar a Podemos y Ciudadanos a que «dejen de hacer seguidismo del PP» y apoyen de una vez la investidura de Susana Díaz para que los andaluces tengan gobierno.

Ya en Jaén, en un mitin con 500 militantes, el secretario general del PSOE, fue mas duro con los partidos emergentes: «La nueva política no puede ser la misma política de siempre». Pablo Iglesias se dice dispuesto a pactar con el PP y con Bildu, «pero no deja que Susana Díaz sea presidenta de la Junta de Andalucía». Sánchez habló del plan de repatriación para jóvenes que va a poner en marcha cuando gobierne.