Hernando «desafina» en el nuevo PSOE

«Es el síntoma más evidente de que las cosas no van bien», señalaba ayer miércoles en los pasillos del Congreso un diputado socialista en referencia a lo que, desde ayer, es comentario generalizado entre los parlamentarios del PSOE: el tercer encontronazo en dos semanas que anteayer protagonizaron Pedro Sánchez y el portavoz del grupo, Antonio Hernando.

Sánchez obligó ayer a Hernando a dar otra rueda de prensa por haber dicho en una primera que ni Manuel Chaves ni José Antonio Griñán tendrán que dejar su escaño en el Congreso y el Senado hasta que se les abra juicio oral, como contempla el Código ético aprobado en octubre.

El portavoz tuvo que reconocer su equivocación: «No se cumpliría el Código Ético, sino el compromiso adquirido por Pedro Sánchez. El error ha sido mío», comentó.

El primer desacorde sonó el pasado 3 de febrero, recién firmado en Moncloa el pacto de Estado contra el terrorismo yihadista por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el secretario general del PSOE. Casi al tiempo en que, durante una conferencia en Barcelona, Sánchez pedía nuevos pactos a Rajoy, Antonio Hernando los descartaba en su rueda de prensa semanal en el Congreso, dadas las «diferencias abismales» con el PP.

Una semana después, Hernando volvía a quedarse fuera de juego, al asegurar que la dirección federal descartaba buscar un candidato alternativo a Tomás Gómez para la Comunidad de Madrid. «Claro, lo descartamos», aseguraba apenas 24 horas antes de que la Ejecutiva del PSOE apartara a Gómez del PSM.

Disonancia tan llamativa fue justificada a duras penas por el «número dos» del partido, César Luena: «El portavoz del grupo socialista es un gran portavoz, es el portavoz del grupo socialista y el secretario de Organización soy yo», replicó Luena con evidente malestar.