Urkullu se saca su foto por la «reconciliación» entre víctimas
Premia a 41 víctimas de la «violencia política», que incluye a ETA, GAL y fuerzas policiales. Les reconoce su aportación a la «paz» y contra el «odio»
En el medio de la fotografía, el lendakari, Iñigo Urkullu, y el hombre al que le ha entregado las riendas de su política por la «Paz y la Convivencia» en el Gobierno vasco, Jonan Fernández, ex de HB e ideólogo de la «teoría del conflicto». A su alrededor, cuarenta y una personas, víctimas del terrorismo, familiares de asesinados por ETA , del GAL, del Batallón Vasco-Español... Y encuadradas todas dentro de la llamada «violencia política»: hermanas de miembros de ETA ejecutados por el régimen de Francisco Franco, víctimas de «abusos policiales» que se presentan como «asesinados por la Guardia Civil», «tiroteados en un control de la Policía Nacional» y «torturados».
El Gobierno del PNV logró ayer la imagen deseada, la del abrazo de la «reconciliación» tras haber decretado ETA el final de su actividad terrorista . Esa en la que víctimas de «distinto signo» -o de «todos los bandos», según el diccionario nacionalista del supuesto «conflicto vasco»- se reúnen en torno a una misma mesa para celebrar la «paz».
Con motivo del 10 de diciembre, día internacional de los Derechos Humanos, el Ejecutivo de Vitoria entregó ayer su Premio René Cassin para reconocer el «esfuerzo y aportación a la paz y la convivencia» de estas 41 víctimas. Todas ellas han participado en el módulo de «víctimas educadoras» del Gobierno vasco acudiendo a centros escolares para dar su testimonio directo o por medios escrito o audiovisual. La mayoría también engrosó el grupo de la llamada «experiencia Glencree», unas jornadas «discretas» que comenzaron hace años en la ciudad norirlandesa y que, según la nota del Ejecutivo, reunió a «víctimas de distinto signo».
«La elección de esta candidatura ha querido premiar el esfuerzo personal de empatía que están realizando estas víctimas y su aportación y generosidad por la Paz y a la Convivencia. A través de este grupo de víctimas se ha querido reconcoer también el esfuerzo silencioso y constructivo de todas las víctimas contra la violencia y a favor de la vida». según la nota ofiicial. Urkullu valoró que «han demostrado que es posible confluir, colaborar y convivir». Y que no hay «pretextos» para buscar el «acuerdo».
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